miércoles, 3 de marzo de 2010

LLAMADO URGENTE A LA HUMANIDAD


¡CIELO Y TIERRA PASARÁN,MÁS MIS PALABRAS NO PASARÁN!


Bogotá, Enero 29 de 2010 9:10 a.m.


Hijos míos, que mi paz esté con vosotros.


Los días de mi venida están cerca; ¿Cuando el Hijo del Hombre venga, sí encontrará fé?, mi Misericordia se está apartando, para dar paso a mi Justicia; todo lo escrito se cumplirá; todo se consumará. Sólo aquellos que pasen la prueba estarán conmigo en mi Nueva Creación. El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán. Os digo hijos míos, que la aurora de un nuevo amanecer está por comenzar; las noches de mi Justicia muy pronto enlutarán mi creación; grandes señales se verán en el cielo y la tierra, antes de mi venida. La inmensa mayoría de la humanidad no quiere acogerse a mis llamados a la conversión; me duele y entristece tener que obrar con mi Justicia, pero el orden y el derecho deben ser restablecidos.


El año que comienza marcará el inicio de la gran tribulación; os digo, que estéis preparados con vuestras lámparas encendidas, porque el grito de libertad muy pronto se hará sentir en todos los confines de la tierra. Mi creación ya comenzó a gemir como mujer en parto y serán muchas las naciones donde hará sentir su grito. MI creación no soporta más el yugo; el pecado y la injusticia del hombre, harán que mi tierra se rebele; no os alarméis cuando escuchéis hablar de catástrofes y terremotos aquí o allá; sabed más bien que todo tiene que cumplirse como está escrito. Las estrellas se consternarán, los astros se moverán y mi creación sufrirá grandes cambios; pero vosotros los que permanecéis fieles a mí, no temáis; pues mil caerán a vuestra izquierda y diez mil a vuestra derecha y a vosotros nada os pasará, si como el sarmiento os aferráis a la vid.


Preparaos pues ovejas de mi grey, porque la batalla por vuestra libertad se acerca; congregaos en torno a mi Madre y mis Ángeles; por muy dura que os parezca la prueba no desfallezcáis; sabed que os estoy esperando en mi Nueva Creación, para daros mi vida en abundancia. Mi Madre y mis Ángeles cuidarán de vosotros, si permanecéis fieles. Año de tragedias en diferentes lugares; la apostasía se acrecentará; el hambre, el desempleo, las pestes y la carencia de agua, marcarán el comienzo de la gran tribulación y anunciarán que mi venida está cerca. Mi adversario anunciará su aparición y mi creación se vestirá de luto; las aves migrarán y el cielo de rojo se teñirá; pero vosotros pueblo mío, no perdáis la cabeza; más bien confiad; acordaos que todo esto tiene que pasar, para que vuelva a renacer la vida, la paz y la armonía, en todos los confines de la tierra.


Hijos míos, id almacenando víveres no perecederos, porque la hambruna se acerca; sed sensatos; haced como José en Egipto: guardad provisiones, porque los tiempos de escasez se acercan; recoged agua; tened un botiquín con drogas e implementos de aseo; cerillas, ropa, mantas y todo lo que necesitéis para afrontar estos días de purificación. Manteneos alerta y vigilantes en vuestra mente; acordaos que los ataques de mi adversario ya comenzaron; no perdáis la cabeza, no sea que por falta de oración, lo que se os pierda sea el alma.


Hijos míos, no os dejéis seducir por las mentiras de mi adversario, pues él y sus seguidores implantarán en la tierra el llamado “Nuevo Orden”, engañando a muchos; acordaos que se perderán los que se tienen que perder y que no están inscritos en el libro de la vida. Estad pues hijos míos, atentos a las señales que se os darán; leed el evangelio de mateo en el Capítulo 24; orad y ayunad; pedid por la salvación de vuestras almas y la de vuestras familias; rezad el Rosario en unión con mi Madre y mis Ángeles; colocaos mi Armadura Espiritual de Efesios 6.10 al 18, y mi Salmo 91; desagraviad a mi Padre con salmos y cánticos de alabanza, porque los hijos de la oscuridad, blasfemarán y dirán palabras atroces contra la Divinidad del Dios Uno y Trino. Preparaos pues, porque la batalla espiritual ha comenzado; formad brigadas de oración con vuestros hermanos; orad; interceded y combatid; estas serán las armas que os darán la libertad.


Que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe. Soy vuestro Padre: Jesús el Buen Pastor, Libertador de su Pueblo.