El bíblico río Eufrates se está secando y puede desaparecer
Fue crucial para el nacimiento de la civilización. El Apocalipsis narró que su desecamiento sería un signo del fin de los tiempos. El problema que trae su mal uso y el peligro de extinción.
Fue crucial para el nacimiento de la civilización. El Apocalipsis narró que su desecamiento sería un signo del fin de los tiempos. El problema que trae su mal uso y el peligro de extinción.
Campbell Robertson (The New York Times)
El Éufrates acompaña toda la narración bíblica. Desde el Génesis como límite del Paraíso hasta el Apocalipsis como signo y castigo.
Aparece 25 veces citado en la Sagrada Escritura.
Las dos últimas veces en el Apocalipsis 9 y 16.
Se menciona en ellos que el secamiento del Éufrates es el desencadenante de la Gran Guerra y de la matanza de la tercera parte de la humanidad.
Aparece 25 veces citado en la Sagrada Escritura.
Las dos últimas veces en el Apocalipsis 9 y 16.
Se menciona en ellos que el secamiento del Éufrates es el desencadenante de la Gran Guerra y de la matanza de la tercera parte de la humanidad.
Apocalipsis 9 -
13. Tocó el sexto Ángel… Entonces oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios;
14. y decía al sexto Angel que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles atados junto al gran río Éufrates.»
15. Y fueron soltados los cuatro Ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año, para matar a la tercera parte de los hombres.
16. El número de su tropa de caballería era de 200.000.000; pude oír su número.
17. Así vi en la visión los caballos y a los que los montaban: tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; las cabezas de los caballos como cabezas de león y de sus bocas salía fuego y humo y azufre.
18. Y fue exterminada la tercera parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas.
19. Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas, semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas causan daño.
20. Pero los demás hombres, los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar.
21. No se convirtieron de sus asesinatos ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas.
En el Apocalipsis 16
12. El sexto derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y sus aguas se secaron para preparar el camino a los reyes del Oriente.
13. Y vi que de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas.
14. Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso.
15. (Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas).
12. El sexto derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y sus aguas se secaron para preparar el camino a los reyes del Oriente.
13. Y vi que de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas.
14. Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso.
15. (Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas).
Noticia Actual
A través de los pantanos, de pie sobre la tierra en la que anteriormente flotaban juncos, los recolectores de juncos gritan a los visitantes de un bote que pasa cerca. “Maaku mai!”, advierten, levantando sus hoces oxidadas. “No hay agua.”
El Eufrates se está secando. Ahogado por las políticas acuíferas de los vecinos de Irak, Turquía y Siria, por una sequía de dos años y por años de mal uso por parte de Irak y sus campesinos, el río es significativamente más pequeño de lo que era hace tan sólo unos pocos años. Algunos oficiales se preocupan porque pronto puede llegar a ser la mitad de lo que es ahora.
La desaparición del Eufrates -un río que ha sido tan crucial para el nacimiento de la civilización que el Apocalipsis profetizó que su desecamiento sería un signo del fin de los tiempos- ha diezmado los sembradíos que se encuentran a lo largo de sus orillas, ha empobrecido a los pescadores y ha reducido los pueblos ribereños a medida que los granjeros han partido hacia las ciudades en busca de trabajo.
Son los pobres quienes más están sufriendo, aunque todos los estratos de la sociedad están sintiendo los efectos: jeques, diplomáticos e incluso miembros del Parlamento que regresan a sus haciendas después de semanas en Bagdad.
El Eufrates se está secando. Ahogado por las políticas acuíferas de los vecinos de Irak, Turquía y Siria, por una sequía de dos años y por años de mal uso por parte de Irak y sus campesinos, el río es significativamente más pequeño de lo que era hace tan sólo unos pocos años. Algunos oficiales se preocupan porque pronto puede llegar a ser la mitad de lo que es ahora.
La desaparición del Eufrates -un río que ha sido tan crucial para el nacimiento de la civilización que el Apocalipsis profetizó que su desecamiento sería un signo del fin de los tiempos- ha diezmado los sembradíos que se encuentran a lo largo de sus orillas, ha empobrecido a los pescadores y ha reducido los pueblos ribereños a medida que los granjeros han partido hacia las ciudades en busca de trabajo.
Son los pobres quienes más están sufriendo, aunque todos los estratos de la sociedad están sintiendo los efectos: jeques, diplomáticos e incluso miembros del Parlamento que regresan a sus haciendas después de semanas en Bagdad.
A lo largo del río, los campos de arroz y algodón se han convertido en tierra cocida. Los canales se han transformado en cursos de agua poco profundos, y los botes pesqueros descansan en tierra seca. Las bombas que deben alimentar las plantas de tratamiento de agua cuelgan sin punto fijo sobre charcos marrones.
Las causas del desecamiento
La sequía está ampliamente extendida sobre Iraq. El área sembrada con algodón y cebada en el norte del país está por debajo del 95% de lo habitual, y las plantaciones de dátiles y de cítricos del Este están resecas. Los últimos dos años las lluvias han estado por debajo de lo normal y han dejado los reservorios secos.
Las sequías no son infrecuentes en Iraq, aunque las autoridades dicen que se han vuelto aún más frecuentes en los últimos años. Pero ésa no es la única causa del desecamiento del Eufrates. Existen por lo menos seis represas sobre el Eufrates en Turquía y Siria, según las autoridades iraquíes, pero en ausencia de tratados o acuerdos, el gobierno iraquí sólo puede rogar a sus vecinos que permitan el paso del agua.
Recientemente, el ministro de Aguas anunció que Turquía duplicó el flujo de agua hacia el Eufrates y así salvó la temporada del algodón de algunas áreas. Aunque Turquía acordó mantener ese flujo o incluso aumentarlo, no hay ningún compromiso que obligue a ese país a cumplir con ello.