Desde el año 1986 tuve la Gracia de conocer las apariciones de Garabandal. Estas manifestaciones celestiales ocurrieron entre los años 1961 y 1965 a 4 niñas de entre 11 y 12 años de edad y que vivían en el caserío de San Sebastián de Garabandal, localizado en las montañas cantábricas, al norte de España, a un poco menos de 80 km de Santander.
Desde entonces a la fecha he visitado la aldea en unas 15 ocasiones. Asimismo, en distintas oportunidades conocí y charlé con las niñas videntes (hoy adultas), una de ellas, Mari Loli Mazón González, fallecida en abril 2009.
No fue sino a través de mi queridísimo amigo de feliz memoria el Lic. Francisco Sánchez-Ventura y Pascual, quien quizá haya sido uno de los principales conocedores y promotores in situ de las manifestaciones ocurridas en Garabandal, que tuve oportunidad de conocer a fondo todos los fenómenos de la teología mística que ocurrieron en esos años, y donde no sólo la Santísima Virgen sino otros seres celestiales como el Niño Jesús, el Sagrado Corazón, San José, Gabriel y Miguel arcángeles, y otros ángeles se hicieron presentes convirtiendo estos años en una verdadera irrupción del Cielo en la Tierra; así como toda la relación y oposición que hubo en su momento con el Obispado de Santander; y mucha de la literatura en varios idiomas que se ha escrito y difundido sobre todo más allá de las fronteras de España. Es pues una de las apariciones que más cerca he podido conocer, tanto en sus luces como en sus sombras.
Espiritualidad
Además de los 2 breves mensajes que la Santísima Virgen trajo a Garabandal y que fueron revelados en octubre de 1961 y junio de 1965, toda la espiritualidad que se manifestó en torno a las manifestaciones de Garabandal es riquísima bajo la perspectiva teológica, ascética, mística y profética, teniendo especial trascendencia aspectos como la Sagrada Eucaristía, el sacerdocio, la Pasión de Jesús, la Trinidad, los sacramentos, los objetos sagrados y sacramentales; la misión de Juan el Bautista y de Elías; el Monte Carmelo, los pinos como símbolo de inmortalidad, el número 18; y desde luego los eventos universales que ocurrirán en un futuro próximo como son el Aviso de Dios y un gran Milagro como últimos esfuerzos del Cielo para la conversión de la humanidad.
En el mismo orden de ideas, dentro de las múltiples conversaciones que durante esos casi 4 años tuvo la Santísima Virgen con las 4 niñas videntes, especialmente adquirieron mayor trascendencia las que tuvo la Madre de Dios con la entonces niña de 12 años, Conchita González, quien hoy día está casada y divide su residencia entre los Estados Unidos y Fátima, Portugal.
Profecía de los Papas
Dentro del contenido de estos temas, hay uno especialmente llamativo ya que se refiere en concreto a los Papas, y más en específico, al número de romanos pontífices que habrían de venir a la Iglesia antes del comienzo del llamado Final de los Tiempos (el periodo breve de la Historia que se caracterizará por sus grandes signos y señales en todos los órdenes, grandes desastres naturales ocasionados por catástrofes naturales, y particularmente en el orden moral la apostasía, o sea, el alejamiento generalizado del hombre con respecto a su Creador, lo que dará lugar a vivir ajenos a la Ley de Dios y a la moral cristiana, todo esto como preparación a otro brevísimo periodo de la Historia que se conoce como la Gran Tribulación y la Aparición del último y personal Anticristo que va a desatar la peor persecución religiosa que los siglos han conocido, todo ello apoyado en un Nuevo Orden y Gobierno Mundial).
Pues bien, uno de los autores más serios quien relata, por decirlo así, la versión tradicionalmente conocida de los Papas que habrían de venir a la Iglesia antes del Final de los Tiempos es el Padre Eusebio García de Pesquera según lo menciona en su libro “Se Fue con Prisas a la Montaña”. Aquí el Padre da cuenta de lo que dijo la niña Conchita cuando en 1963 en la iglesia del pueblo tocaban las campanas por la muerte del Papa Juan XXIII, y que resumidamente la anécdota decía que Conchita dijo entonces que “a partir de ese Papa sólo quedaban 3 para el final de los tiempos”, sin que la entonces niña Conchita supiera bien a bien la profundidad del contenido de lo que estaba diciendo, tanto que su madre le inquirió sobre ese punto, a lo que Conchita contestó: “La Virgen me ha dicho que después de este Papa (Juan XXIII) sólo quedarán 3 y luego el final de los tiempos”. Hago la aclaración que la niña no entendía qué era el final de los tiempos, pero sí aclaraba que la Santísima Virgen no había dicho “fin del mundo” sino “final de los tiempos”.
Puntualización e Interpretación
Así las cosas, esta información quedó vigente y conocida prácticamente hasta la muerte de Juan Pablo II, o sea, hasta abril del 2005. Para entonces había distintas interpretaciones de esta profecía. Había quienes equivocadamente pensaban que después de Juan Pablo II ya no habría más Papas en la Iglesia; otros interpretaban, también equivocadamente, que a la muerte de Juan Pablo II vendría el Anticristo, o incluso, que después de Juan Pablo II vendría un antipapa, por lo que ubicaban a Benedicto XVI como un falso papa, lo cual también es y era un error. Y de hecho esto trajo como un punto en contra de las apariciones de Garabandal, pues no se había “cumplido” aparentemente esa profecía.
Albrecht Weber
Fue entonces que el autor de este artículo acudió a Garabandal en 2005, 2 meses después de que ya había sido electo Benedicto XVI, y estando en casa de la Sra. Paquita quien es cuñada de Conchita González, tuve conocimiento del libro del alemán Albrecht Weber, Garabandal - El Dedo de Dios (Garabandal - Der Zeigefinger Gottes), y que puntualiza esa famosa profecía de los 3 Papas, y lo que en realidad la Santísima Virgen le dijo entonces a la niña Conchita González. Antes de citar el texto, este servidor se aseguró con el autor de que en la edición alemana de su libro del año 1993, o sea 12 años antes de que muriera Juan Pablo II, había dado a conocer esta aclaración, porque de ser así tendría toda la credibilidad aún cuando no haya sido conocida esta puntualización para la mayoría de los seguidores y promotores de Garabandal.
Por tanto, voy a citar a continuación lo que relata Albrecht Weber en su libro y luego entonces daré la conclusión final, aclarando que la niña Conchita contaba en ese entonces con 11 años de edad, y refiere lo que entendió que le dijo la Virgen, "que a la muerte de Juan XXIII sólo quedaban tres Papas (Paulo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) y que luego vendría el Fin de los Tiempos". Insistimos en lo que Conchita entiende que le dijo la Virgen, pues como niña aún, e ignorante y sencilla habitante de un caserío del norte de España de los años sesentas, no se pueden esperar grandes raciocinios para interpretar algunas frases (no nos referimos a los mensajes, sino a esas conversaciones tan frecuentes que tenían las niñas con la Señora del Cielo). Así pues, con esta salvedad citamos el testimonio recogido por D. Albrecht Weber en su libro. El texto dice lo siguiente:
“Cuando la noticia de la muerte del Papa Juan XXIII llegó al pueblo, las pequeñas campanas de la Iglesia anunciaron la muerte del Papa con un tono fúnebre. Conchita fue con su madre Aniceta y la Sra. Ortiz de camino a la Iglesia. Surgió la siguiente conversación:
El Papa ha muerto. Dijo su madre.
Contestó Conchita:
Ah, que el Papa murió. Entonces quedan TRES papas.
Hasta aquí todo muy bien. Sin embargo, una vez de vuelta a casa, Aniceta no estaba tranquila y quiso conocer más profundamente los pensamientos de su hija que parecía reservarse en presencia de la Sra. Ortiz.
En casa, a solas, temiendo un posible error de su hija, le pregunta su madre:
¿De dónde sabes que solamente quedan TRES papas?
Conchita respondió:
De la Santísima Virgen. En realidad me dijo que aún vendrían CUATRO papas pero que Ella no contaba uno de ellos.
Dice Aniceta:
Pero entonces, ¿por qué no tener en cuenta UNO?
Responde Conchita:
Ella no lo dijo, solo me dijo que UNO no le tenía en cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por muy poco tiempo.
A la pregunta:
¿Quizás por eso no lo cuenta?
Conchita dice:
No lo sé.
Su madre:
Y qué viene después:
Ella no lo dijo.
Hasta aquí el fragmento de la conversación. La Virgen dice claramente que, después de Juan XXIII, habrá cuatro Papas más pero que a uno de ellos no le tiene en cuenta. Aniceta no entiende por qué y le pregunta a su hija si será por el motivo de que gobernará la Iglesia por muy poco tiempo. Sin embargo la Santísima Virgen sí indica claramente que el que Ella no cuenta es el que reinará poco tiempo, es decir el papa Juan Pablo I. Así pues los cuatro Papas, después de Juan XXIII, son: Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI y el que la Virgen no cuenta, cuando dijo "Solo quedan TRES papas", es Juan Pablo I. Hay que entenderlo así: Solo quedarían TRES papas que gobernarán normalmente a la Iglesia ya que a Juan Pablo I no le dio tiempo a realizar ni siquiera la primera de las grandes reformas que pensaba hacer.
Esta conversación la contó Conchita, a cuatro testigos, en la tarde del 13 de noviembre de 1965, cuando tuvo lugar la última Aparición de la Santísima Virgen en Garabandal. Conchita, en esta conversación, cuenta lo que supo en una de las Apariciones de la Santísima Virgen en diciembre de 1962 y después fue aclarando más cosas ya que la Virgen le fue diciendo más detalles en varios éxtasis de 1962 y 1963, en especial el del 8 de Diciembre de 1963 en que le habló de "cosas del futuro, que van a venir" y en las locuciones y éxtasis de los años posteriores.”
Renuncia B-XVI
El testimonio pues es rigurosamente cierto y está comprobado que así fue. Entonces, Benedicto XVI ha renunciado y con él tenemos al cuarto Papa de esta profecía, luego entonces, a partir de este momento, según siempre esta profecía de Garabandal, comienza el final de los tiempos. ¿Qué quiere decir esto a la luz de la situación actual del mundo y de la Iglesia?
En primer lugar, no quiere decir que no vaya a haber más Papas, o que el siguiente sea un antipapa. No, toda vez que con la renuncia efectiva de Benedicto XVI queda la Sede vacante y entramos a un nuevo cónclave y del que eventualmente saldrá el sucesor de Benedicto XVI, y desde luego, legítimo. Sin embargo, ya este Pontífice sucesor de Benedicto XVI, sea quien sea, definitivamente va a estar envuelto en un Pontificado pudiéramos decir por utilizar una palabra “atípico” o “fuera de lo común”, como ha sido por ejemplo la renuncia de Benedicto XVI, que si bien está contemplada esta posibilidad en el Código de Derecho Canónico, ha causado sorpresa tanto en el mundo eclesial como en el secular precisamente por lo extraño e inusual de su decisión, que traerá entre otras cosas la presencia de un ex Papa vivo durante el siguiente cónclave y manteniendo una coexistencia con el nuevo Papa electo, lo cual es desde luego una situación extrañísima y, repito, inusual (que no quiere decir, como algunos creen erróneamente, que Benedicto XVI vaya a enfrentar su legitimidad frente al nuevo Papa electo, o a censurarlo o a aconsejarlo o a asesorarlo, etc., pues como ya he reiterado en varias ocasiones, Benedicto XVI deja de ser Papa, aún cuando se le siga llamando Su Santidad; obispo emérito de Roma o eventualmente incluso llegara a vestir de blanco); pero todo esto es parte del final de los tiempos.
Perfil del Sucesor
Contra lo que muchos pudieran pensar, a este servidor le parece más que razonable que los cardenales de la Iglesia Católica a vistas del miedo, la vergüenza y la humillación por la que en este momento está siendo acosada la Iglesia como institución, pudieran inclinarse por un Papa que en su pontificado resultara ser en extremo tradicionalista y conservador para cerrar filas al interior de la Iglesia y poner verdaderamente un hasta aquí a todos los desmanes, malas conductas, desobediencias, faltas de unidad en torno al romano pontífice de no pocos sacerdotes, obispos, teólogos, comunidades religiosas y laicas que hacen, dicen y predican lo que les da su “regalada” gana. Esto traería un verdadero “rompimiento” al interior de la Iglesia y también hacia afuera pues enardecería a muchos católicos laicos y religiosos que son tibios y mediocres con su fe. Y esto es precisamente a lo que se refería la Virgen en Garabandal cuando profetizaba que a partir de este Papa que viene comenzará el final de los tiempos, pues se cumplirá lo del libro del Apocalipsis: “que el inicuo siga en su iniquidad, el sucio ensúciese más; el justo obre más justicia, y el santo santifíquese más” (22, 11).
Amén de lo anterior, resulta más que coincidente que el siguiente lema de la famosa profecía del siglo XII atribuida a San Malaquías sea In persecutione, o sea, “en la persecución”, pues eso daría lugar a que el Papa fuera verdaderamente perseguido, y me parece incluso que este Papa es a quien le correspondería aquella profecía de 1846 de La Virgen de La Salette y que dice “El Santo Padre tendrá mucho que sufrir… se atentará muchas veces contra su vida sin poder poner fin a sus días. Pero ni él ni su sucesor verán el triunfo de la Iglesia de Dios”. Y así será pues que ni él (el que sea electo en este próximo cónclave con motivo de la renuncia de B-XVI) ni tampoco su sucesor, al que le correspondería el famoso título de Pedro Romano, verán el triunfo de la Iglesia de Dios ya que al último Papa (Pedro) electo de la Iglesia salida de Roma (Romano) está profetizado por un sinnúmero de revelaciones como la de Fátima y la de San Pío X que será asesinado en el exilio, o sea, fuera de Roma.
Sea lo que fuere, deberemos de esperar un Papado completamente atípico y fuera de lo normal, y dejaremos a Dios como siempre si resultará bueno o malo para la Iglesia Universal.
Las Profecías se aclaran
Finalmente, y para terminar, este Pontificado que sucederá a Benedicto XVI, por la forma y contenido que adoptará pareciera más que razonable, que ahora sí dejaría listo el escenario para que al término del mismo se de entonces el famoso cisma de la Iglesia Católica, la lucha entre “dos papas rivales” como lo anunció la Virgen en 1981 a Segatis Paprocki y que era en esencia las 3 palabras que resumían el Secreto de Fátima; o sea, lo que este servidor desde el año 1998 puso por escrito en su libro La Hora de la Verdad, y luego en el 2000 con El Sol Eclipsado y luego profundizó en 2007 en el libro Dos Papas en Roma y que en su último libro Las Puertas del Infierno contra la Iglesia vuelve y retoma a la luz de los últimos acontecimientos, y que cada vez más se vuelve más claro.
Quedan unas 2 ó 3 semanas para el próximo cónclave y el escenario más seguro es que veamos a un nuevo Papa que en el desarrollo de su Pontificado asuma medidas extremas y sorpresivas, en medio de una gran persecución tanto contra la Iglesia como contra su persona, y que eventualmente deje preparado inevitablemente el ataque feroz de la masonería que al interior de la Iglesia está dispuesta a dar la gran batalla para llevar a cabo el más terrible ataque del humo del infierno en contra de la Iglesia de Cristo.
Y simultáneamente la naturaleza se estará rebelando como no se ha visto jamás y donde los hombres de ciencia no atinarán a saber lo que verdaderamente está sucediendo en todo el orden natural; y la humanidad también se vea envuelta en una gran confusión y odio que llevará a continuas revueltas sociales, levantamientos, desórdenes por doquier y rumores de guerra aterradores. Y aparecerán signos y señales extrañas en el cielo y en la tierra, así como pestes y enfermedades desconcidas. Todo esto es lo que significa el Final de los Tiempos.
Recemos por el próximo Papa y el cónclave que ha de tener lugar para que el Espíritu Santo se manifieste e ilumine a los cardenales de la Iglesia Católica. Y nosotros convirtámonos día a día, pues son tiempos de vivir en gracia y abandonarnos en el Corazón Inmaculado de María y en la Sagrada Eucaristía, sin hacer a un lado la preparación física y emocional para poder hacer frente a los tiempos que vienen y mantener la fe hasta el fin.
Luis Eduardo López Padilla 25 de Febrero del 2013. twitter@lopezpadilla7 www.apocalipsismariano.com
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