EXORCISMOS
Autodemolición
de la Iglesia. - El Papa Pablo VI en 1969 se quejaba de que
asistía a la autodestrucción de la Iglesia por
sus propios miembros. El 29-06-1972 dijo: "Tengo la sensación
de que por algún resquicio ha entrado el humo de Satanás
en el Templo de Dios". El 15-11-1972, ponía el
dedo en la llaga con valentía: "Se creía
que después del Concilio vendría un día
de Sol para la Iglesia; pero, por el contrario, ha llegado
un día de nubes, tempestad y oscuridad, porque ha intervenido
el poder adverso: Satán".
La
Virgen dijo al Padre Gobbi el 15-09-1983: "Están
preparando otra Iglesia, separada del Papa y que provocará
de nuevo el escándalo de una dolorosa división".
El Señor dijo a Jim el 22-04-1991: "Sin mi intervención
ya no pueden ustedes triunfar sobre el Maligno, ya que mis
hijos terrenales están rodeados de traidores. Incluso
entre los que tienen la confianza de mis hijos, hay quienes
están al servicio de Satanás" (Trueno de
la Justi. P. 280).
Para
mejor comprensión de estas revelaciones. - El Cielo
obliga hablar a los demonios sobre la Iglesia, contra su voluntad,
de tal forma, que al decir, daña su reino y favorece
el Reino de Cristo. Los espíritus infernales evitan
pronunciar el Nombre de Dios y de María. Cuando los
demonios exigen oraciones, está claro que esta exigencia
no es deseo del infierno, sino del Cielo, que se expresa por
medio de ellos. Durante las revelaciones la posesa estuvo atormentada por dificultades respiratorias, calambres, crisis
de ahogo. Los demonios se negaban a continuar: refunfuñaban,
gritaban o reían sarcásticamente.
Extracto
biográfico de la posesa: Nació en Suiza en 1937.
Le gustaba mucho ir a la Iglesia. En 1952 le dijo a su madre:
"Madre tengo la impresión como si viviera un fuerte
hechizo". "Tuve el sentimiento que Dios quería
aceptase estos sufrimientos por la salvación de las
almas". Se casó en 1962, tuvo 4 hijos. Pero ni
en sus embarazos y partos sintió el menor alivio de
sus inexplicables sufrimientos. En 1972 hubo una corta mejora.
En 1974 tuvo una recaída grave: "Fuí a
visitar a un sacerdote, me hizo un exorcismo, declarando que
existían todos los signos de posesión. Después
de repetidos exorcismos, demonios angélicos y humanos
se desencadenaron con intervalos, hasta se llegó a
la liberación temporal, pero todos los demonios volvieron.
Se solicitó al obispo la autorización de realizar
un exorcismo oficial. El 08-09-1975, cinco exorcistas recibieron
la autorización. La poseída no fue liberada
porque la misión no había terminado. Desde 1975
no puede asistir a Misa, porque los demonios se muestran alterados.
La visita un sacerdote y le lleva los Sacramentos. Los sufrimientos
expiatorios que esta mujer acepta con generosidad, angustia
y abandono, en especial los días después de
los exorcismos, unidos a los sufrimientos de Cristo, servirán
para la salvación de las almas inmortales. (El Autor)
NOTA:
"Se reconoce a los eclesiásticos como a los seglares,
la libertad de investigar, pensar, manifestar con humildad
e interés su opinión en el campo de su competencia".
"Los laicos, como todos los fieles, tienen la facultad,
e incluso el deber, de expresar su opinión de lo que
mira al bien de la Iglesia" (Vaticano II, Gaudium et
Spes, 62. LG. 37).
11o
EXORCISMO: 25,4,1977.
La
Comunión
E
= Exorcista
B = Belcebú, del Coro de Arcángeles
E)
"¡Belcebú, te ordenamos en nombre de Jesús,
di la verdad en nombre de..."
B)
"Ella hace decir a propósito de la primera comunión,
que es un daño inimaginable para un niño, si
no se confiesa antes de hacer la primera comunión.
Se dice que los niños no tienen defectos, que los niños
son buenos, que no saben lo que hacen y que son todavía
inocentes. Pero tienen más defectos y pecados de lo
que se cree. Nosotros tenemos ahí abajo muchos más
niños de los que creéis. Ella hace decir que
los niños que no han sido preparados por sus sacerdotes,
deben ser dirigidos a otros sitios, donde se les dé
una instrucción. Los propios padres deben tomar el
catecismo y aprender con el niño, hasta que sea capaz
de recibir un don tan grande como la Santa Eucaristía.
De lo contrario, el niño no será jamás
guiado por el buen camino. Pues dirá: "La primera
vez fui a hacer la comunión sin confesar". De
esta manera, muchos niños y jóvenes, llegan
a un punto que no les importa nada recibir este sacramento
en estado de pecado mortal. Cada confesión da y contiene
gracias incalculables, que no podéis comprender..."
E)
"En Nombre de la Santísima Virgen, Belcebú,
dí la verdad..."
B)
"Los Sacramentos no hubieran debido ser cambiados en
absoluto. Eso se ha hecho en parte, por las maquinaciones
de la franco-masonería. El cielo no hubiera querido
que se suprimiera el ayuno eucarístico..."
E)
"¿Qué hay de la comunión en la mano
de los primeros tiempos de la Iglesia?"
B)
"Cristo, cuando rompió el pan, no se lo dio a
los Apóstoles en la mano. Puso el pan directamente
en la boca de los Apóstoles. Los Apóstoles daban
la comunión en la boca. Cristo no quería que
se tomase en la mano. Más tarde se tomó en la
mano, porque se comprendieron mal las cosas. La Santa Virgen
recibía este sacramento siempre de rodillas e inclinándose
profundamente. Estábamos furiosos contra Ella, cuando
recibía la comunión. Ella vivió todo
lo que pasó durante la Última Cena. Estaba destinada
a guiar la Iglesia. Los Apóstoles no han dado jamás
la comunión de otra forma que en la boca. Si después
ha sido de otra forma, no es la culpa de los Apóstoles.
E)
"¿Quién ha querido e introducido la comunión
en la mano?..."
B)
"¡No tienes que hacer esa pregunta! ... Somos nosotros
los que hemos arreglado y tramado eso. Nos hemos dicho: "Si
pudiéramos introducir la comunión en la mano
en tiempos de los primeros cristianos, se podría decir
más tarde: La comunión en la mano ya existía
en tiempos de los primeros cristianos".
No
saben que eso no lo quiso Dios. Hay gente de buena fe que
creen que eso viene del Papa e ignoran que existía
un sosia. No saben que es un pecado recibir la comunión
en la mano. No quieren distinguirse de los otros. En muchas
iglesias cuando hacen la genuflexión y quieren recibir
la comunión en la boca, son objeto de una discriminación
por parte del sacerdote. En ese caso no tiene demasiada gravedad
el pecado. El de ahí arriba juzga cada caso. No se
puede decir que tal persona irá al infierno, porque
recibe la comunión en la mano. Es pecado cuando se
sabe y no se hace..."
12o
EXORCISMO: 5,4,1978.
V
= Declaraciones del demonio sacerdotal Verdi Garandieu.
E
= Rdo. Padre Ernest Fischer, antes misionero. Gossau, Suiza.
E)
"¡Tienes que hablar en honor de Dios y para la
salvación de las almas, te lo ordena San Vicente Ferrer,
el gran cazador de almas, que te ha arrancado tantas!".
V)
"¡No a mí, sino al viejo! Yo solamente soy
uno entre muchos. Un miserable entre muchos. ¡Hay que
ver los disparates que he hecho! ¿Por qué no
he sido un sacerdote como los quieren Los de ahí arriba?
¿Por qué no he correspondido a su misericordia?
¿Por qué emprendí la vida sacerdotal,
sabiendo que no era capaz de cumplir con este cargo tan pesado
y de tanta responsabilidad? He pecado por malos ejemplos,
como ahora dan malos ejemplos miles de sacerdotes. He mirado
más hacia las faldas que a los mandamientos de Dios.
El de ahí arriba ha dicho en mi caso textualmente:
"Quiero escupirte de mi boca, porque no eras ni caliente
ni frío". En mi juventud todavía era bueno.
Pero después me convertí en un indolente. Abandoné
el camino de la virtud, y ya no correspondí a la gracia.
Al principio confesaba de vez en cuando. Quise retroceder
más de una vez y luché contra mis grandes faltas;
pero ya no lo pude conseguir, porque había rezado demasiado
poco. No he correspondido lo suficiente a la voz de la clemencia.
Ya casi era frío. Ahora tenéis a miles que como
yo, son indolentes y ya no corresponden a la voz de la clemencia.
A esos no les irá mejor que a mí si no se convierten
y no admiten el fuego del Espíritu Santo y lo hacen
actuar en sí mismos. ¡A mí, Verdi, no
me va bien en el infierno!. ¡Si pudiera, no quisiera
haber vivido!. ¡Cómo quisiera hacer mejor mi
misión!. ¡Cómo estaría dispuesto
a estar de rodillas día y noche rezando Al de ahí
arriba y pedir misericordia!. ¡Invocaría a todos
los Ángeles y santos para que me ayudaran, para que
no volviese a ir por el camino de la perdición!. ¡Pero
ya no puedo volver atrás, estoy condenado!. Los sacerdotes
no saben lo que significa estar condenado. ¡No saben
lo que es el infierno!. Creen que ya no se puede modificar
nada del modernismo, lo llaman ir con el tiempo. Sus superiores:
cardenales y obispos, tampoco les dan mejor ejemplo. ¿O
es que viven ante pobres mesas, con escasos manjares, como
lo ha hecho Cristo?. Esto no corresponde a la imitación
de Cristo. El dio ejemplo de pobreza y virtud.
Yo
tenía intención de ser un buen sacerdote. Pero
hay que tener en cuenta que un sacerdote se encuentra en mayor
peligro de ser seducido por los de ahí abajo. Pensé,
ahora ya soy sacerdote. Conseguí mi propósito.
Al principio cumplí bien mis obligaciones. Pero de
pronto, me resultó demasiado monótono. Empecé
por descuidar la oración del celibato. Llegué
a un punto que pensé: esas oraciones tan aburridas
del breviario, me quitan muchísimo tiempo. El no rezar
la oración del breviario fue mi perdición. Cuando
dejé de rezarlo, fui cayendo sucesivamente en el pecado.
Cuando caí en el pecado de deshonestidad, ya no he
leído la misa con devoción. Y siguió
toda una cadena de reacciones. Ya no estaba en estado de gracia.
La Biblia era un reproche para mí. Tampoco quería
realizar la enseñanza de los niños bien. ¿Cómo
hubiera podido instruirlos sobre lo bueno, si ya no seguía
ese camino?. Por eso tengo que decirles a los modernistas,
que les irá igual que a mí. ¿Cómo
pueden predicar algo que ellos mismos no siguen en su vida?.
Tendrían que mentir. Los corazones de muchos se han
convertido en antros de asesinos. La tragedia es tanto mayor,
cuanto que su sacerdote, que ya no da buen ejemplo y abandona
el camino de la virtud, lleva tras sí una cantidad
de personas.
Se
habla mucho del amor al prójimo, y olvidan que el amor
al prójimo resulta del perfecto amor a Dios. El primero
y más importante Mandamiento es "Amar al Señor,
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con
todas tus fuerzas". Solamente después viene "al
prójimo como a tí mismo". Si esos sacerdotes
hiciesen las paces con el de arriba, vendría por sí
mismo el amor al prójimo.
Si
hubiera dicho "¡Te seguiré en la cruz!.
¡Dame cruces para mis ovejas!. ¡Todas las que
pueda soportar para que pueda seguirte!". Pero me olvidé
de decir eso porque ya no lo quería. Hoy se olvidan
hablar del camino de la cruz, de que hay que expiar y hacer
penitencia. Deberían rezar intensamente para conseguir
la virtud de la constancia y seguir hasta el fin. El sacerdote
debería decir desde el púlpito: "Sed constantes,
seguid el camino hasta el fin, seguid el camino de la cruz,
soportad con paciencia, porque el premio estará en
el Cielo".
Miles
de sacerdotes se han condenado por causa de las mujeres. No
lo hubiera sido si rezasen. Deberían coger diariamente
el breviario como se hacía antes. Miles ya no viven
en gracia, porque no rezan el breviario, como yo, Verdi, dejé
de hacerlo. ¡Si hubiera rezado y permanecido en el camino
de la virtud! Mi Ángel hubiera venido y me hubiera
ayudado. Tampoco he rezado a mi ángel. Él de
ahí arriba no cambia de repente las leyes, como quisieran
los hombres de hoy. Él es siempre el mismo y será
el mismo. Es el hombre el que modifica. La perdición
de muchos sacerdotes de hoy ha sido el sexto mandamiento y
el lujo".
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