sábado, 5 de enero de 2013

ADVERTENCIA DEL MÁS ALLÁ VI

EXORCISMOS

Autodemolición de la Iglesia. - El Papa Pablo VI en 1969 se quejaba de que asistía a la autodestrucción de la Iglesia por sus propios miembros. El 29-06-1972 dijo: "Tengo la sensación de que por algún resquicio ha entrado el humo de Satanás en el Templo de Dios". El 15-11-1972, ponía el dedo en la llaga con valentía: "Se creía que después del Concilio vendría un día de Sol para la Iglesia; pero, por el contrario, ha llegado un día de nubes, tempestad y oscuridad, porque ha intervenido el poder adverso: Satán". 

La Virgen dijo al Padre Gobbi el 15-09-1983: "Están preparando otra Iglesia, separada del Papa y que provocará de nuevo el escándalo de una dolorosa división". El Señor dijo a Jim el 22-04-1991: "Sin mi intervención ya no pueden ustedes triunfar sobre el Maligno, ya que mis hijos terrenales están rodeados de traidores. Incluso entre los que tienen la confianza de mis hijos, hay quienes están al servicio de Satanás" (Trueno de la Justi. P. 280). 

Para mejor comprensión de estas revelaciones. - El Cielo obliga hablar a los demonios sobre la Iglesia, contra su voluntad, de tal forma, que al decir, daña su reino y favorece el Reino de Cristo. Los espíritus infernales evitan pronunciar el Nombre de Dios y de María. Cuando los demonios exigen oraciones, está claro que esta exigencia no es deseo del infierno, sino del Cielo, que se expresa por medio de ellos. Durante las revelaciones la posesa estuvo atormentada por dificultades respiratorias, calambres, crisis de ahogo. Los demonios se negaban a continuar: refunfuñaban, gritaban o reían sarcásticamente. 

Extracto biográfico de la posesa: Nació en Suiza en 1937. Le gustaba mucho ir a la Iglesia. En 1952 le dijo a su madre: "Madre tengo la impresión como si viviera un fuerte hechizo". "Tuve el sentimiento que Dios quería aceptase estos sufrimientos por la salvación de las almas". Se casó en 1962, tuvo 4 hijos. Pero ni en sus embarazos y partos sintió el menor alivio de sus inexplicables sufrimientos. En 1972 hubo una corta mejora. En 1974 tuvo una recaída grave: "Fuí a visitar a un sacerdote, me hizo un exorcismo, declarando que existían todos los signos de posesión. Después de repetidos exorcismos, demonios angélicos y humanos se desencadenaron con intervalos, hasta se llegó a la liberación temporal, pero todos los demonios volvieron. Se solicitó al obispo la autorización de realizar un exorcismo oficial. El 08-09-1975, cinco exorcistas recibieron la autorización. La poseída no fue liberada porque la misión no había terminado. Desde 1975 no puede asistir a Misa, porque los demonios se muestran alterados. La visita un sacerdote y le lleva los Sacramentos. Los sufrimientos expiatorios que esta mujer acepta con generosidad, angustia y abandono, en especial los días después de los exorcismos, unidos a los sufrimientos de Cristo, servirán para la salvación de las almas inmortales. (El Autor) 

NOTA: "Se reconoce a los eclesiásticos como a los seglares, la libertad de investigar, pensar, manifestar con humildad e interés su opinión en el campo de su competencia". "Los laicos, como todos los fieles, tienen la facultad, e incluso el deber, de expresar su opinión de lo que mira al bien de la Iglesia" (Vaticano II, Gaudium et Spes, 62. LG. 37). 

11o EXORCISMO: 25,4,1977.
La Comunión 

E = Exorcista
B = Belcebú, del Coro de Arcángeles 

E) "¡Belcebú, te ordenamos en nombre de Jesús, di la verdad en nombre de..."
B) "Ella hace decir a propósito de la primera comunión, que es un daño inimaginable para un niño, si no se confiesa antes de hacer la primera comunión. Se dice que los niños no tienen defectos, que los niños son buenos, que no saben lo que hacen y que son todavía inocentes. Pero tienen más defectos y pecados de lo que se cree. Nosotros tenemos ahí abajo muchos más niños de los que creéis. Ella hace decir que los niños que no han sido preparados por sus sacerdotes, deben ser dirigidos a otros sitios, donde se les dé una instrucción. Los propios padres deben tomar el catecismo y aprender con el niño, hasta que sea capaz de recibir un don tan grande como la Santa Eucaristía. De lo contrario, el niño no será jamás guiado por el buen camino. Pues dirá: "La primera vez fui a hacer la comunión sin confesar". De esta manera, muchos niños y jóvenes, llegan a un punto que no les importa nada recibir este sacramento en estado de pecado mortal. Cada confesión da y contiene gracias incalculables, que no podéis comprender..." 

E) "En Nombre de la Santísima Virgen, Belcebú, dí la verdad..."
B) "Los Sacramentos no hubieran debido ser cambiados en absoluto. Eso se ha hecho en parte, por las maquinaciones de la franco-masonería. El cielo no hubiera querido que se suprimiera el ayuno eucarístico..." 

E) "¿Qué hay de la comunión en la mano de los primeros tiempos de la Iglesia?"
B) "Cristo, cuando rompió el pan, no se lo dio a los Apóstoles en la mano. Puso el pan directamente en la boca de los Apóstoles. Los Apóstoles daban la comunión en la boca. Cristo no quería que se tomase en la mano. Más tarde se tomó en la mano, porque se comprendieron mal las cosas. La Santa Virgen recibía este sacramento siempre de rodillas e inclinándose profundamente. Estábamos furiosos contra Ella, cuando recibía la comunión. Ella vivió todo lo que pasó durante la Última Cena. Estaba destinada a guiar la Iglesia. Los Apóstoles no han dado jamás la comunión de otra forma que en la boca. Si después ha sido de otra forma, no es la culpa de los Apóstoles. 

E) "¿Quién ha querido e introducido la comunión en la mano?..."
B) "¡No tienes que hacer esa pregunta! ... Somos nosotros los que hemos arreglado y tramado eso. Nos hemos dicho: "Si pudiéramos introducir la comunión en la mano en tiempos de los primeros cristianos, se podría decir más tarde: La comunión en la mano ya existía en tiempos de los primeros cristianos".
No saben que eso no lo quiso Dios. Hay gente de buena fe que creen que eso viene del Papa e ignoran que existía un sosia. No saben que es un pecado recibir la comunión en la mano. No quieren distinguirse de los otros. En muchas iglesias cuando hacen la genuflexión y quieren recibir la comunión en la boca, son objeto de una discriminación por parte del sacerdote. En ese caso no tiene demasiada gravedad el pecado. El de ahí arriba juzga cada caso. No se puede decir que tal persona irá al infierno, porque recibe la comunión en la mano. Es pecado cuando se sabe y no se hace..." 

12o EXORCISMO: 5,4,1978. 

V = Declaraciones del demonio sacerdotal Verdi Garandieu. 
E = Rdo. Padre Ernest Fischer, antes misionero. Gossau, Suiza. 

E) "¡Tienes que hablar en honor de Dios y para la salvación de las almas, te lo ordena San Vicente Ferrer, el gran cazador de almas, que te ha arrancado tantas!".
V) "¡No a mí, sino al viejo! Yo solamente soy uno entre muchos. Un miserable entre muchos. ¡Hay que ver los disparates que he hecho! ¿Por qué no he sido un sacerdote como los quieren Los de ahí arriba? ¿Por qué no he correspondido a su misericordia? ¿Por qué emprendí la vida sacerdotal, sabiendo que no era capaz de cumplir con este cargo tan pesado y de tanta responsabilidad? He pecado por malos ejemplos, como ahora dan malos ejemplos miles de sacerdotes. He mirado más hacia las faldas que a los mandamientos de Dios. El de ahí arriba ha dicho en mi caso textualmente: "Quiero escupirte de mi boca, porque no eras ni caliente ni frío". En mi juventud todavía era bueno. Pero después me convertí en un indolente. Abandoné el camino de la virtud, y ya no correspondí a la gracia. Al principio confesaba de vez en cuando. Quise retroceder más de una vez y luché contra mis grandes faltas; pero ya no lo pude conseguir, porque había rezado demasiado poco. No he correspondido lo suficiente a la voz de la clemencia. Ya casi era frío. Ahora tenéis a miles que como yo, son indolentes y ya no corresponden a la voz de la clemencia. A esos no les irá mejor que a mí si no se convierten y no admiten el fuego del Espíritu Santo y lo hacen actuar en sí mismos. ¡A mí, Verdi, no me va bien en el infierno!. ¡Si pudiera, no quisiera haber vivido!. ¡Cómo quisiera hacer mejor mi misión!. ¡Cómo estaría dispuesto a estar de rodillas día y noche rezando Al de ahí arriba y pedir misericordia!. ¡Invocaría a todos los Ángeles y santos para que me ayudaran, para que no volviese a ir por el camino de la perdición!. ¡Pero ya no puedo volver atrás, estoy condenado!. Los sacerdotes no saben lo que significa estar condenado. ¡No saben lo que es el infierno!. Creen que ya no se puede modificar nada del modernismo, lo llaman ir con el tiempo. Sus superiores: cardenales y obispos, tampoco les dan mejor ejemplo. ¿O es que viven ante pobres mesas, con escasos manjares, como lo ha hecho Cristo?. Esto no corresponde a la imitación de Cristo. El dio ejemplo de pobreza y virtud.
Yo tenía intención de ser un buen sacerdote. Pero hay que tener en cuenta que un sacerdote se encuentra en mayor peligro de ser seducido por los de ahí abajo. Pensé, ahora ya soy sacerdote. Conseguí mi propósito. Al principio cumplí bien mis obligaciones. Pero de pronto, me resultó demasiado monótono. Empecé por descuidar la oración del celibato. Llegué a un punto que pensé: esas oraciones tan aburridas del breviario, me quitan muchísimo tiempo. El no rezar la oración del breviario fue mi perdición. Cuando dejé de rezarlo, fui cayendo sucesivamente en el pecado. Cuando caí en el pecado de deshonestidad, ya no he leído la misa con devoción. Y siguió toda una cadena de reacciones. Ya no estaba en estado de gracia. La Biblia era un reproche para mí. Tampoco quería realizar la enseñanza de los niños bien. ¿Cómo hubiera podido instruirlos sobre lo bueno, si ya no seguía ese camino?. Por eso tengo que decirles a los modernistas, que les irá igual que a mí. ¿Cómo pueden predicar algo que ellos mismos no siguen en su vida?. Tendrían que mentir. Los corazones de muchos se han convertido en antros de asesinos. La tragedia es tanto mayor, cuanto que su sacerdote, que ya no da buen ejemplo y abandona el camino de la virtud, lleva tras sí una cantidad de personas.
Se habla mucho del amor al prójimo, y olvidan que el amor al prójimo resulta del perfecto amor a Dios. El primero y más importante Mandamiento es "Amar al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas". Solamente después viene "al prójimo como a tí mismo". Si esos sacerdotes hiciesen las paces con el de arriba, vendría por sí mismo el amor al prójimo.
Si hubiera dicho "¡Te seguiré en la cruz!. ¡Dame cruces para mis ovejas!. ¡Todas las que pueda soportar para que pueda seguirte!". Pero me olvidé de decir eso porque ya no lo quería. Hoy se olvidan hablar del camino de la cruz, de que hay que expiar y hacer penitencia. Deberían rezar intensamente para conseguir la virtud de la constancia y seguir hasta el fin. El sacerdote debería decir desde el púlpito: "Sed constantes, seguid el camino hasta el fin, seguid el camino de la cruz, soportad con paciencia, porque el premio estará en el Cielo".
Miles de sacerdotes se han condenado por causa de las mujeres. No lo hubiera sido si rezasen. Deberían coger diariamente el breviario como se hacía antes. Miles ya no viven en gracia, porque no rezan el breviario, como yo, Verdi, dejé de hacerlo. ¡Si hubiera rezado y permanecido en el camino de la virtud! Mi Ángel hubiera venido y me hubiera ayudado. Tampoco he rezado a mi ángel. Él de ahí arriba no cambia de repente las leyes, como quisieran los hombres de hoy. Él es siempre el mismo y será el mismo. Es el hombre el que modifica. La perdición de muchos sacerdotes de hoy ha sido el sexto mandamiento y el lujo".

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