EXORCISMOS
Veo
nuevos mártires, no ahora, sino del futuro. Vi por
el mundo entero gente piadosa, en especial eclesiásticos,
eran torturados y oprimidos, tuve la sensación que
un día se convertirían en mártires. Cuando
la demolición estuvo bastante avanzada, vi los demoledores
penetrar en la Iglesia con la Bestia; encontraron allí
una Mujer llena de majestad.
Veo
al Santo Padre en gran tribulación. Habita en otro
palacio y no deja pasar más que pocos familiares. Todo
había sido demolido por las sectas secretas y por los
mismos servidores de la Iglesia. Me entró tal pena
que me puse a gritar hacia Jesús que me dijo: "Aunque
sólo quedase un solo cristiano, la Iglesia podría
vencer de nuevo, ya que no estaba fundada sobre la inteligencia
y consejos de los hombres".
Me
mostró cómo jamás le había faltado
a la Iglesia almas orantes y sufrientes. Se me mostró
que no parecen quedar cristianos con el viejo espíritu.
Vi al Vaticano totalmente en llamas, llegamos hasta el Papa,
estaba sentado en la oscuridad y dormía en un sillón,
estaba muy enfermo y agotado, no podía andar. Vi la
Iglesia de color rojo, el Ángel me dijo: "Será
lavada con sangre". Cuando terminó el combate,
la Iglesia adquirió un color blanco. Vi obispos y pastores
aproximarse a intercambiar sus libros. Las sectas reconocieron
la Iglesia. Comprendí que el Reino de Dios estaba próximo
y corría a su encuentro con gritos de alegría".
8o
EXORCISMO: - Revelaciones sobre el Papa, el sosias y el Vaticano
E
= Exorcista.
B = Belcebú, del Coro de Arcángeles
E)
"En nombre de Jesús, dí la verdad, Belcebú,
en Nombre de la Sangre de Cristo".
B)
"Ella hace decir: desgraciadamente, una parte de los
cardenales que rodean al Papa, son también lobos. Si
no lo fuesen, no podrían mantener en su lugar con tanto
refinamiento a un hombre que representa el papel de un segundo
papa, o mejor dicho, del primero, porque el verdadero Papa
está en el último plano. Es triste que hagan
eso, porque con ello condenan al verdadero Papa a crueles
sufrimientos, que sin ello no tendría que sufrir. Mientras
tanto hacemos todo lo posible para evitar que se note que
hay un segundo Papa que actúa. Nosotros somos más
finos que todos los hombres juntos. Hasta los sacerdotes tradicionalistas
no quieren creer ni admitir eso. Pero desgraciadamente es
así. Hacemos todo para esto quede oculto... Sed prudentes
y listos como las serpientes, pero no os apresuréis
a desmentir, porque reina efectivamente, un falso Papa, una
imitación del Papa. Es preciso que la gente acabe por
despertarse, porque casi todos duermen. Ahora embrollamos
a los laicos, sacerdotes, obispos y a quien sea. Podemos hasta
cegar los cardenales que entran y salen del Vaticano. Podemos
volver las cosas de tal manera, que ni siquiera llegan a notarlo.
La cirugía ha hecho hoy tales progresos, que pronto
podrá modificar la cara de un hombre hasta que se parezca
a otro como una gota de agua. Y cuando una persona reside
en el Vaticano, como el sosias, los cardenales pueden inculcarle
una y otra vez las costumbres del verdadero Papa. Sólo
algunas veces comete una pequeña falta, pero no lo
notan. El Papa sufre un gran tormento. Es un mártir.
Está en una situación peor que la del mártir
Esteban. Ahí arriba lo quieren mucho. Pero hoy en día
los que predican y hacen el bien son víctimas de una
discriminación y son atormentados. Por el contrario,
los que hacen el mal y actúan de una forma diabólica,
que actúan de tal forma, que no son descubiertos, esos
son los que están en una situación mejor. Para
esos, se admite que son buenos y muy competentes, que es necesario
obedecerles, y que todo lo que proviene de ellos es perfecto.
Nosotros, los de ahí abajo, hacemos aparecer como bueno
lo que es malo o ficticio y puede conducir a la apostasía,
bajo apariencia de la obediencia. Lo que es bueno, lo hacemos
calificar de desobediencia, de irreligión deliberada
y falta de humildad.
Entre
los comunistas y franc-masones hay algunos que reciben de
nosotros tales fuerzas, que trabajan sin interrupción
para dañar la Iglesia. Tenemos tal poder, que podemos
darles, si han hecho alianza con nosotros, la fuerza de dañar
a la Iglesia, como no está indicado en ningún
libro lo que hacemos, ni lo que traman los franc-masones y
ciertos cardenales..."
E)
"¿Está informado el Papa Pablo VI sobre
los cardenales?, ¿los ha estudiado?"
B)
"Ya hace tiempo que los ha estudiado: Lo sabe todo. Pero
no puede hacer nada. Está atado de pies y manos. Le
dan inyecciones. El médico que trata al Papa, es manipulado
de tal forma, que el Papa recibe ciertos venenos dañinos
para su cabeza y para su espíritu. Pero a pesar de
eso, sabe lo que está bien.
La
verdad acaba siempre por salir a la luz del día. Pero
entonces habrá mucha gente que sufrirá terriblemente,
como ahora el Papa. Tenéis que decir, en Nombre de
Dios, que existe en Roma un sosias. Tiene una cara un poco
diferente del verdadero Papa; sus ojos no están tan
hundidos. El verdadero Papa es más débil y enfermizo.
Sus ojos son azules. Los del falso son verdes. Ha estudiado
teología. Está ordenado. Es un buen comediante.
No es el único culpable. Los otros lo han puesto en
escena, tienen la mayor culpa. Han sido algunos cardenales
los que lo han instalado. Pero lo han hecho de tal forma,
que hasta los buenos son inducidos al error, como la dice
la Escritura. Pero hoy en día la gente ya no mira demasiado
la Escritura".
9o
EXORCISMO: 18-06-1977
Juan
XXIII y el Concilio
E
= Exorcista.
B = Belcebú, del Coro de Arcángeles
E)
"¡En Nombre de la Santísima Virgen... dí
la verdad!"
B)
"Juan XXIII comenzó su Pontificado en 1958; este
Juan, no era sumamente inteligente, ni sumamente instruido.
Sobre esto no quisiéramos hablar..."
E)
"Pero ahora está alto en el Cielo?"
B)
"Bueno, Ella quisiera que dijésemos algo sobre
él y el maldito Concilio, pero eso es lo que nosotros
no queremos. En 1958 comenzó Juan su Pontificado; podría
decirse que era una solución de urgencia, pero en todo
caso comenzó. Era piadoso y tenía buenas intenciones,
aunque las cosas no hayan pasado siempre como él lo
había previsto. En todo caso, convocó el Concilio,
y hubiera sido mejor que no lo hubiera hecho. No sabía
que este Concilio tendría consecuencias tan deplorables,
destructoras y catastróficas. Ha creído obrar
bien. Tenía buena voluntad. Creía hacer todo
por el mayor bien de la Iglesia. Quería renovar lo
que tenía necesidad de renovación. ¿Podría
saber que después, esos cardenales, le arrancarían
el cetro de las manos y hundirían todo en ese terrible
estado? ¿Podría saber eso?. Ha obrado de buena
fe, y por eso ha ido al cielo, se ha salvado. Era humilde
y bueno, pero no tenía mucho talento. En ese momento
hubiera habido que instruir un Papa muy dotado, que hubiera
sabido dirigir la Iglesia y tener su cetro de tal manera,
que no pudiera ser falsificado. Pero lo comprendió
demasiado tarde. Visto en líneas generales, eso entraba
dentro de los planes de los de ahí arriba, porque es
necesario que se cumpla la Escritura. El Papa ha sufrido amargamente
en su lecho de muerte, y ha hecho llamar a algunos de sus
familiares o de las personas que creía que le eran
adeptas, y les dijo que quería gritar al mundo: "¡Si
no hubiera convocado ese Concilio!". Que ahora veía
las terribles consecuencias, pero que ya no podía hacer
nada, que estaba en su lecho de muerte y que ya no podía
hacer absolutamente nada para pararlo todo. Que Él
de ahí arriba le sea misericordioso, eso era todo lo
que podía decir, aunque los otros, los llamados hombres
de confianza, tuvieron la bondad, por el amor del cielo, de
hacer saber eso al mundo, y también al próximo
Papa. Pero esos llamados hombres de confianza, pensaron: "Está
sobre su lecho de muerte, y ya no tiene toda su lucidez".
Cuando se convoca un concilio, no se puede decir simplemente:
"Lo paramos", como si fuese un grifo que se abre
por completo y que solamente hay que cerrar. La situación
estaba ya demasiado adelantada, para que se pudiera hacer
algo. La palanca se había roto. Ya estaba rota a la
muerte de Juan XXIII. Naturalmente también estábamos
nosotros, los demonios, en este asunto. Los íntimos
se dijeron: "Es necesario que eso no se sepa en ningún
caso. La situación está tan avanzada, todo está
tan ligado y entrelazado, que ya no se puede sacar el pie
del zapato".
Entonces
vino el Papa Pablo VI, inteligente y dotado. ¿Pero
qué podría hacer para frenar lo que el otro
había iniciado?. Pablo VI ha cometido errores al principio.
No sabía lo que Juan XXIII había dicho sobre
su lecho de muerte. Llegó a comprenderlo, pero era
demasiado tarde. Se dice siempre: Es el Espíritu Santo.
Cuando, por ejemplo el falso Papa recibe a los diplomáticos...
la gente no sabe que el Espíritu Santo no tiene nada
que ver con eso..."
10o
EXORCISMO: 18-06-1977.
Purgatorio
- Indulgencias
E
= Exorcista.
B = Belcebú, del Coro de Arcángeles
E)
"Di lo que la Santísima virgen quiere decir y
nada más! En nombre de ..."
B)
"Ella dice que tendríais que poneros de rodillas
y decir tres veces "Santo, Santo, Santo..." y rezar
un "Rosario de Lágrimas". Pero nosotros decimos:
No hace falta rezar, mientras más recéis, más
os combatiremos, porque nos provocáis. Tendréis
una vida mejor si no rezáis, y por el contrario, hacéis
lo que nosotros queremos.
E)
¡"No queremos tener una vida mejor! Queremos hacer
la voluntad de Dios".
B)
"Pero entonces sólo tendréis persecuciones,
y una extrema mala suerte".
(Se
recitan en común las plegarias demandadas: "Santo"
y "Rosario").
E)
"¿Sería mejor que dijésemos: Por
las lágrimas y lágrimas de sangre?"
B)
"Los dos sería mejor (se vuelve a uno de los sacerdotes).
¿No puedes quitar tus manazas de ahí?. Estas
manazas consagradas no las queremos..."
E)
"Las almas del Purgatorio nos quieren ayudar a rezar
por la Iglesia?".
B)
"Las que son de grados más bajos, cuando han sido
personas mal intencionadas o han pecado mucho, no saben muchas
veces si están en el infierno o si han sido salvadas.
A las que están abajo, todavía podemos influirlas.
Se encuentra en eso que se llama el lago inferior. Solamente
por medio de una cantidad incalculable de plegarias y sacrificios...
Muchas se quedarán hasta el fin del mundo, pero bendicen
a Dios con completa sumisión de que hayan sido puestas
ahí abajo. Puede decirse que es la frontera entre el
infierno y el purgatorio. Ahí se encuentran los que
hubieran merecido el infierno, pero gracias a los sacrificios
de personas que se han ofrecido, han sido salvadas en el último
momento. No nos gusta que recéis por las almas del
Purgatorio. ¡Que sufran! ¡Que revienten! Tambien
nosotros tenemos que sufrir atrozmente en el infierno."
E)
"¿Puede ganarse todavía la indulgencia
Toties-quoties el día de todos los Santos y el día
de todos los difuntos?".
B)
"Lo que el Papa ha establecido una vez, otro no puede
suprimirlo. Las indulgencias son regalos de un valor inestimable,
son tesoros para las pobres almas del Purgatorio. Cuando se
hace un gran regalo, el donador no puede venir y decir: "Oye,
he hecho una tontería al hacerte ese regalo. Ahora
es necesario que me lo devuelvas.". Diría: "Hubieras
debido reflexionar, antes de hacerme el regalo". Lo mismo
sucede con las indulgencias. Los de ahí arriba hacen
decir, que las indulgencias que un Papa ha otorgado, no las
puede retirar otro. Se quiere suprimir absolutamente todo."
E)
"¡Dinos lo que la Santísima Virgen quiere
decirnos sobre los Sacramentos!"
B)
"Sin una verdadera confesión, la gente pierde
toda conciencia moral. Por lo tanto, pecan mucho más.
Piensan: "Si no se está obligado a arrodillarse
delante de un confesionario, ante un viejo, vestido con sotana;
la vida será más fácil". El mismo
sacerdote dice que ahora la ceremonia penitencial, reemplaza
la confesión. Ella dice que la ceremonia penitencial
no reemplaza jamás la confesión. Sería
necesario preparar mucho mejor a la gente para la confesión.
Nosotros (los demonios) tenemos una gran competencia. Tentamos
a los hombres de todas formas. Si no tenemos éxito,
venimos y presionamos, para que no tenga el deseo de mejorarse.
Con muchos tenemos la intención de que no reconozcan
sus pecados. Para esos delegamos a ciertos demonios. Cuando
un hombre tiene un cierto propósito firme sobre su
defecto dominante, recibe ciertas gracias. Dice al sacerdote
su defecto dominante. Es un acto de humildad, y donde hay
humildad, pueden venir algunas gracias, que sin eso, no llegarían.
Cuando no hemos podido dominar al hombre, entonces empleamos
a los últimos demonios, para que en el último
momento, le invada un gran terror, que no se atreve a confesar.
Si se trata de pecados graves, resulta más funesto
confesarlos. Si callan conscientemente, no pueden llegar al
estado de gracia; hasta por los pecados veniales que no se
confiesan, se reciben menos gracias, porque entonces se tiene
menos tendencia a cambiar..."
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