lunes, 12 de noviembre de 2012

Almas del Purgatorio


Santa Margarita Mª de Alacoque tuvo numerosas y extraordinarias experiencias místicas sobre el Purgatorio y las almas del Purgatorio. Estas visitaban con frecuencia a la Santa para exponerle sus necesidades, y en otras ocasiones para anunciarles su liberación y agradecerle lo que había hecho a favor de ellas.

Santa Margarita Mª de Alacoque concede a las almas del Purgatorio un lugar preeminente en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, y llamaba a éstas “las buenas amigas afligidas del Sagrado Corazón”. La humilde salesa tenía una gran compasión a las almas del Purgatorio pero su interés era sobre todo, por el amor excepcional que el Sagrado Corazón demostró por ellas. El Divino Corazón tenia prisa por romper las cadenas que su divina justicia había dispuesto, e inducía a la Santa y nos induce a todos sus amigos en la Tierra, a valernos de los tesoros de sus méritos para sacarlas cuanto antes de aquel lugar de purificación.

Santa Margarita Mª nos dice en sus escritos que nada hay que alivie más a las almas del Purgatorio que la devoción al Sagrado Corazón, y que éstas, llamaban a esta devoción “infalible remedio” para sus sufrimientos. De ahí, que si ofrecemos alguna práctica de la devoción al Corazón de Jesús por las benditas almas del Purgatorio y hacemos en unión con este Corazón las diversas obras satisfactorias recomendadas por la Iglesia, esta unión convierte dichas obras en una moneda de valor infinito para las almas del Purgatorio. La Santa nos recomienda principalmente las Misas y novenas en honor al Divino Corazón y ofrecer al Sagrado Corazón de Jesús algunos días de expiación, especialmente el lunes de cada semana, el 2 de noviembre, la octava de difuntos y la noche del Jueves Santo al Viernes Santo.

Los lunes, lo mismo que el 2 de noviembre y durante la octava de difuntos, por el mérito de la cautividad de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento -nos dice la Santa- pediremos a su Corazón Sagrado la libertad para sus pobres prisioneras del Purgatorio, y con este fin haremos todas nuestras obras en espíritu de penitencia.

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