miércoles, 15 de agosto de 2012

Tened cuidado con algunos consejos que recibís en los Confesionarios



ALGUNOS SACERDOTES ANTEPONEN SUS CRITERIOS EN MATERIA DE FE A LOS DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

Pasos inciertos dan algunos sacerdotes que anteponen sus criterios personales en materia de fe a los del Magisterio de la Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.

Esos sacerdotes que poco a poco quitan o ponen a su antojo doctrina que no es de Mi revelación, son los pastores que llevan a Mis ovejas a pastos contaminados, porque las van induciendo por caminos erróneos que nada tienen que ver con Mi leyes y, pueden muchas de esas ovejas Mías, llegar a perderse. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, tened cuidado con algunos consejos que recibís en los confesionarios o fuera de ellos de sacerdotes que se aman más a sí mismos que a Mí, porque os guían inadecuadamente, por eso, tenéis que ser almas de oración y de buenas lecturas que os instruyan adecuadamente, porque sino sutilmente os estarán evangelizando mal. Yo, Jesús, os hablo.

Hay sacerdotes que ni ellos mismos saben orientar sus vidas, mucho menos orientar las de Mis ovejas, porque ellos oyen más su propia voz que la de Mi Santo Espíritu y por eso deforman Mi doctrina amparándose en que Yo Soy misericordia. No hijos, no. Sed rectos cada día más, porque la ley divina está grabada en vuestro corazón y sabéis reconocer el bien del mal. Por tanto, no os dejéis guiar malamente por quienes han quitado o puesto a su antojo y por comodidad lo que el Magisterio de la Iglesia tiene establecido.

El sacerdote debe vestir el traje eclesiástico (canon 284). (Al ir a comulgar) se debe guardar el ayuno eucarístico (canon 919), se debe comulgar sin pecado mortal, y tantas otras cosas más. Así pues, leed el Catecismo de la Iglesia Católica que os instruya en el camino de la salvación, porque podéis llegar a desorientados de tal forma, que podríais hasta perderos (eternamente). Hijos Míos, ovejas de Mi Divino Corazón, sed rectos, tended a la perfección, no os olvidéis que debéis culto y adoración a Dios Altísimo, que debéis guardar el precepto dominical (canon 1246) y el ayuno y la abstinencia requeridos (canon 1251), por tanto, no os hagáis una religión tal que más que salvaros os condene. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica

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