Dijo el Padre Pío en una carta:
Mis queridas niñas, a las nueve de la mañana, la Santísima Virgen me encomendó que les dijera lo siguiente: «¡Oh benditas niñas de San Sebastián de Garabandal ! Yo les prometo que estaré con ustedes hasta el fin de los siglos y que ustedes estarán conmigo durante el fin del mundo y después, unidos conmigo en la gloria del Paraíso». Estoy enviándoles una copia del santo Rosario de Fátima, que la Virgen me pidió les enviara. El Rosario fue compuesto por la Virgen y debe ser propagado para la salvación de los pecadores y para la preservación de la humanidad de los terribles castigos con los que el buen Dios la amenaza. Les doy un consejo: Recen y hagan que los demás recen porque el mundo está a comienzos de la perdición. No creen en ustedes ni en sus conversaciones con la Dama de Blanco; lo harán cuando ya sea demasiado tarde
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