LOS ÁNGELES CANTARON EL” REGINA COELI”
Era el año 590 en Roma. Ya devastada por un desbordamiento del Tíber, que había inundado la ciudad , una terrible plaga estalló. Para reducir el hambre aplacar la cólera divina, y la ira de Dios, el Papa S. Gregório Magno el Grande mandó rezar una letanía siete veces, formada por siete cortejos que confluíram a la Basílica Vaticana. Es decir, una procesión general del clero y la población romana, formada por siete procesiones que convergían a la Basílica del Vaticano.
Mientras que la vasta multitud caminó a través de la ciudad, la plaga ha llegado a tal furor que en el breve espacio de unas horas ochenta personas cayeron al suelo muertas
Pero S. Gregorio no paró un momento de instar a la gente a seguir orando, y antes de la procesión fue tomada la imagen de la Virgen María llorando, Ara Coeli, pintado por el evangelista San Lucas hecho maravilloso: mientras la imagen de la Virgen avanzaba, la zona se hacia más sana y limpio su pasaje, y los miasmas de la peste disuelto.
Cerca del puente que une la ciudad con el castillo, de repente se escuchó un coro que cantaba sobre la imagen sagrada, “Regina Coeli, Laetare, ¡Aleluya!”, A lo que S. Gregório responde “Ora pro nobis Deum, Alleluia!”. Así nació el Regina Coeli. Terminado el canto, los ángeles se colocaron en círculo alrededor de la mesa. San Gregorio el Grande, mirando hacia arriba, el castillo en la parte superior vió un ángel exterminador, después de limpiar su espada, que goteaba sangre, la puso en la funda como una señal de procesamiento y castigo.
Como recordatorio, el castillo fue conocido por el nombre de Sant’Angelo. En su torre más alta se colocó la famosa imagen de San Miguel, el ángel de la muerte.
El Regina Coeli se Reza en lugar del Angelus durante el tiempo pascual
V/ Alégrate, reina del cielo, aleluya.
R/ Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V/ Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R/ Ruega por nosotros a Dios ; aleluya.
V/ Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R/ Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.
V/ Oremos.
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
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