martes, 5 de abril de 2011

PROFECIA DE SAN JUAN BOSCO

¿De ti, oh Roma, que será? Roma ingrata, Roma afeminada, Roma soberbia

¿De ti, oh Roma, que será? Roma ingrata, Roma afeminada, Roma soberbia. Has llegado al punto que no buscas ni admiras en tu soberano más que el lujo, olvidando que tu gloria y la suya está sobre el Gólgota. Ahora él está viejo, achacoso, inerme, despojado de todo; sin embargo, con tu esclava palabra, todavía hace temblar el mundo.

Roma… Yo vendré cuatro veces sobre ti.

En la primera castigaré la tierra y tus habitantes.

En la segunda llegará la ruina y el exterminio hasta tus murallas.

¿Todavía no abres los ojos?

Vendré la tercera vez y destruiré las defensas y los defensores y al dominio del Padre sucederá el reino del Terror, del espanto y de la desolación. Pero mis sabios huyen, Mi ley es todavía pisoteada; por eso te haré la cuarta visita. ­

¡Ay de ti, si Mi Ley es todavía para ti un nombre vano! Se darán prevaricaciones entre los doctos y los ignorantes. Tu sangre y la sangre de tus hijos lavará las manchas que tú infieres a la ley de tu Dios.

La guerra, la peste, el hambre, serán los flagelos con que será castigada la soberbia y la malicia de los hombres. ¿Dónde están, oh ricos, vuestra magnificencia, vuestras villas, vuestros palacios?

Convertido se han en la basura de las plazas y de las calles.

Pero vosotros sacerdotes, ¿por qué no corréis a llorar entre el vestíbulo y el altar, pidiendo que cesen los castigos? ¿Por qué no tomáis el escudo de la fe y no vais por los tejados, por las casas, por las calles, por las plazas y por todo lugar, incluso al inaccesible a llevar la semilla de mi palabra? ¿Ignoráis que es terrible la espada de dos filos que abate a mis enemigos?

Estas cosas deberán venir inexorablemente una después de la otra.

Pero la Augusta Reina de los cielos está presente. El poder de Dios está en sus manos; disipa como niebla a sus enemigos. El venerado anciano está revestido de todas sus antiguas vestiduras.

Sobrevendrá todavía un violento huracán