sábado, 2 de abril de 2011

Prepárense, Preparémonos todos

Prepárense, Preparémonos todos, que el tiempo anunciado por los Profetas ha llegado (JSHELT)

Aún no comienza el dolor de los dolores…falta poco, muy poco. Se multiplican cadenas de profecías por doquier, la mayoría falsa o confusa, mas no todas; pero a falta de luz y discernimiento son pocos los que reconocen las auténticas apariciones y mensajes verdaderos, y aún después será peor discernir. Sólo los sabios cuyo conocimiento viene de lo Alto.

Prepárense hijos de los hombres y nacidos de mujer, pues no saben aún lo que vendrá al mundo y la humanidad enfrentará. Prepararnos todos, pues el tiempo de los avisos está a segundos de expirar. La mano del Gran Poder está presto a azotar a esta desgraciada generación perversa que puebla la tierra y que se atreve a declarar la guerra contra Dios y contra su Cristo Salvador. Creen que pueden matar a Dios pero el que está muerto es el hombre. Pésele por la eternidad a quienes soberbiamente pretenden ser más sabios que la Sabiduría misma, pues el señor Todopoderoso se reirá y se burlará de ellos. El Señor de lo Alto está indignado y está presto a inflamar Su Ira a la humanidad que vive en la tierra y en los cielos. Tened temblor y temor santo a Dios Su Creador y Redentor que fuisteis comprados a gran precio.

Que escuchen los hombres: prepárense física, emocional y espiritualmente, pues grandes catástrofes ocasionadas por desastres naturales están por caer al mundo. Mejor muérase hoy que seguir vivo y no convertirse, pues será mucho peor lo que le espera. La naturaleza clama venganza por los pecados que inundan al mundo. Fuego, viento, agua y tierra serán tan aterradoramente violentos que serán desconocidos para los hombres de ciencia, que no atinarán a saber qué sucede en la naturaleza que está más que herida por el pecado.

El corazón de los hombres ya no genera más que odios, envidias, celos, traición y horrores perversos que desencadenarán guerras, muerte, destrucción, caos, aberraciones, enfermedades, epidemias y destrucción. La tierra se convertirá en un lugar peligroso para la vida.

Millones de hombres perderán la vida, y lo que es peor perderán su alma para siempre pues no se han convertido al hacer oídos sordos a las innumerables llamadas del Cielo que por muchos años han resonado en el mundo entero. Condenada el alma al infierno eterno no hay esperanza que valga, pues habrá perdido para siempre al Amor de los Amores, a Nuestro señor Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero. Satanás, príncipe de los demonios y bestias infernales lo poseerá para siempre sin fin.

Orar, oremos; Dios quiere ver y oír nuestra oración, nuestra súplica, nuestro arrepentimiento, postrados, arrodillados, pues hemos pecado. Todos los hombres nacidos de mujer pecan, menos la Purísima, la Inmaculada, la Esposa, la Hija y la Madre de Dios, el Ángel Mayor enviado de estos tiempos y desapercibida por los hombres de la Iglesia, que la han perseguido y denostado, y otros la han traicionado, por lo que Puerto Rico conocerá muy pronto la hora undécima de la Justicia Divina.

El sacrificio es mandatorio ahora en estos tiempos, ayune, ayunemos, mortifique los sentidos, viva las virtudes, viva de fe, ame y perdone; ame a quien le hace daño y persigue, pues las más grandes tentaciones están por desplegarse en la tierra. La dimensión del mal llegará a su clímax, la Iglesia se desmoronará y no será más ejemplo ni guía. Su mayor obscuridad está por ocurrir. Tendremos que ser luz. Ilumine su aposento con el cirio de la esperanza de una vida de entrega total, sin apegos al mundo, ni a sus vanidades, ni al dinero, ni a la fama, ni a la gloria terrena que nada vale. Solo Dios basta.

La más grande batalla que los siglos han conocido llega. Se revelará el interior de cada uno y el pecador pecará más y el santo se santificará más. O se es frio o caliente, pues al tibio Dios lo vomita de su boca. Pero el hombre formado por la Purísima y sólo superado sobrenaturalmente ganará la batalla, pues así tiene que ser, pues por Justicia Divina y equilibrio y armonía perfecta, ni Dios ni Su Madre participan directamente. Es el talón que aplasta. ¿Eres tú talón? Prepárate, preparémonos todos.

La Justica de Dios es perfecta. El Amor de Dios es Justicia, sin sentimentalismos ni apegos humanos. ¿Quién es mi madre y mis hermanos?, pregunta el señor, aquél que cumple la Voluntad de Dios es mi hermana y mis hermanos. Por eso nada ni nadie debe anteponerse al Amor de Dios, ni tu padre, ni tu madre, ni parientes, ni esposa, ni hijos, ni hacienda, pues quien hace esto no es digno de Él. Deja que los muertos entierren a los muertos, vende todo lo que tienes y síguelo. Tendrás una recompensa grande, inmensa. Por cada uno que des recibirás 100 aquí; la vida eterna y podrías calificar para entrar a la exclusiva Morada del Padre Eterno.

No tengas miedo. Por sobre todas las cosas el Amor vencerá. El Amor que emana del sacrificio que venció en la cruz…pero prepárate, preparémonos todos. Talita kum.

Marzo 31 del 2011

Luis E López Padilla