sábado, 23 de octubre de 2010

La Salette III y Última Parte


Para aquellos lectores que no tienen una clara referencia sobre el mensaje de La Salette, recordemos que el mismo fue pronunciado por la Santísima Virgen la mañana del 19 de septiembre de 1846, en la montaña de La Salette, en las proximidades de Grenoble, Francia.

Mientras que la Santísima Virgen le revelaba a Melania el secreto, la niña podía ver los eventos que le eran narrados. En varias ocasiones el Cristo crucificado que colgaba del cuello de Nuestra Señora de La Salette también le hablaba a Melania. Como caso particular, el Secreto de La Salette es el único que tiene Imprimatur, en este caso del Obispo de Lecce. El mismo fue dado a conocer en su texto completo en 1922 por parte del Maestro del Sagrado Palacio y Asistente Perpetuo de la Congregación del Santo Oficio, Reverendo Padre Lepidi, O.P.

Una característica de este largo secreto que hemos venido reproduciendo y explicando en partes anteriores, es que el mismo no fue transmitido cronológicamente o en orden sucesivo, sino que en esta manifestación de la Virgen, el Secreto fue narrado al "estilo cíclico", característica esta del Apocalipsis de Juan; es decir, sobre un mismo fondo, en este caso el Final de los Tiempos, la Santísima Virgen va narrando diversas visiones que concluyen con el Reinado del Anticristo, su caída y el correspondiente Triunfo de Cristo, pero dichas visiones arrancan de diversos ángulos, ya políticos, religiosos, sociales o naturales. De esta forma, el lector encontrará que se repiten diversas visiones pero que al mismo tiempo son narradas desde distintos ángulos.

Continuamos con algunas citas del extenso mensaje transmitido por la Madre de Dios el 19 de septiembre de 1846 en la montaña de La Salette, Francia.

"Que el Vicario de Mi Hijo, el Soberano Pontífice Pío IX, no salga ya de Roma después del año 1859; pero que sea firme y generoso; que combata con las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él. Que desconfíe de Napoleón, su corazón es doble, y cuando quiera ser a la vez Papa y Emperador, muy pronto se retirará Dios de él. Es esa águila que queriendo siempre elevarse caerá sobre la espada de la cual quería servirse para obligar a los pueblos a ensalzarlo".

A diferencia de los mensajes que se refieren genéricamente al Papa, es decir, cualquier sucesor de Pedro, en el caso presente la Virgen en La Salette se refiere en concreto a Pío IX. Es a él a quien le pide que no salga de Roma después de 1859, año a partir del cual, vencida Austria, querían que el Papa abandonase Roma para conseguir la unidad italiana.

Por su parte, la profecía de Napoleón también se cumplió al pie de la letra, pues cayó "sobre la propia espada de la cual quería servirse para obligar a los pueblos a ensalzarlo"; esa espada fue Prusia, de ella se sirvió para debilitar a Austria, la otrora potencia católica.

"Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores de milagros, pues ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra y en los aires".

Hemos entrado ya a un tiempo donde con mayor frecuencia se oyen hablar y se observan personajes que realizan falsos prodigios y milagros con engaño. En Nueva York por ejemplo, algunas personas se presentan como excepcionales prestidigitadores. Con la mayor facilidad logran hipnotizar a las personas, dejándolas horizontalmente suspendidas en el aire. Asimismo, a la vista de todos se elevan haciendo alarde de levitación. Con facilidad descubren el naipe en medio del mazo disperso en el piso que ha sido previamente pensado por uno de los asistentes, tras lo cual el naipe es atraído misteriosamente por la mano desde el piso hasta el lugar donde se encuentra el público. Del mismo modo, día a día se conoce de nuevos avistamientos cada vez más tangibles tanto de OVNIs como de supuestos seres alienígenas. Una cruz compuesta de OVNIs fue visto por numerosos testigos del sur de Estados Unidos.

En los campos de trigo de Inglaterra, entre mayo y octubre aparecen misteriosamente formas de una gran complejidad que expresan diversos y profundos conocimientos científicos, matemáticos, astronómicos, así como otros relacionados al saber de civilizaciones antiguas, como por ejemplo los mayas, ligados a la famosa cuenta larga del tiempo, donde esta época tendrá su final e inicio de una nueva era galáctica, el 23 de diciembre de 2012.

Todas estas manifestaciones forman parte de una preparación perfectamente planeada que servirá de fase para el advenimiento del Reinado del Anticristo, tema que abordamos detenidamente en un libro de próxima publicación.

"En el año 1864, Lucifer y un gran número de demonios serán desatados del infierno. Abolirán la fe poco a poco, aun entre las personas consagradas a Dios; las cegarán de tal manera que, a menos de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de sus malos ángeles. Muchas casas religiosas perderán completamente la fe y perderán a muchísimas almas".

Ya desde fines del siglo XIX, Su Santidad León XIII había tenido una visión del impacto diabólico que habría en el mundo, por permisión divina, para asaltar a las almas y a la Iglesia. Esta fue la razón por la cual se mandó rezar a los fieles de rodillas, al final de la Santa Misa, una oración a la Santísima Virgen y otra a San Miguel Arcángel. Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, dichas oraciones fueron suprimidas. Esta oración fue establecida en 1886 y fue escrita personalmente por León XIII, teniendo especial importancia la frase "los espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas", cuya razón histórica fue referida en varias ocasiones por el secretario particular del Papa, Rinaldo Angeli, en la que León XIII experimentó una visión de los espíritus infernales que se concentraban en la Ciudad Eterna. Esto explica por qué muchas almas consagradas a Dios han perdido la fe, así como las casas religiosas que en una gran mayoría tampoco son faros de luz ni de fe para los fieles.

"En el año 1865 se verá la abominación en lugares santos, en los conventos, las flores de la Iglesia estarán corrompidos y el Demonio será como el rey de los corazones. Que los que estén al frente de las comunidades religiosas vigilen a las personas que han de recibir, porque el Demonio usará de toda la malicia para introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor de los placeres carnales se extenderán por toda la Tierra".

El ataque satánico hoy en día no tiene excepciones de lugar por ejemplo: la música y la literatura, los gobiernos y los medios de comunicación, las caricaturas y películas, los matrimonios y las familias, las escuelas y universidades, las comunidades religiosas, y desde luego, la Iglesia como Esposa de Cristo. Esta acción diabólica sin precedentes está motivada pues el Demonio sabe "que le queda poco tiempo", y arrecia su maleficio infernal provocando con ello una verdadera lluvia de esoterismo, ocultismo, magia, brujería, hechicería, y otras formas de acción en las personas ligadas a la parapsicología, consulta de muertos, astrología, desdoblamientos y viajes astrales, entre otros.

Toda la conformación necesaria para el surgimiento del Nuevo Orden Mundial con formato de alto esoterismo está siendo preparado mediante una verdadera conspiración silenciosa del poder de las tinieblas.

"¡Ay de los habitantes de la tierra! Habrá guerras sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas; habrá lluvias de un granizo espantoso para los animales; tempestades que arruinarán ciudades; terremotos que engullirán países; se oirán voces en el aire; los hombres se golpearán la cabeza contra los muros; llamarán a la muerte y, por otra parte, la muerte será su suplicio. Correrá la sangre por todas partes. ¿Quién podrá resistir si Dios no disminuye el tiempo de la prueba? Por la sangre, las lágrimas y las oraciones de los justos, Dios se dejará aplacar. Enoch y Elías serán muertos. Roma pagana desaparecerá; caerá fuego del cielo y consumirá tres ciudades. El universo entero estará preso del terror, y muchos se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero Cristo, que vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo: el sol se oscurece; sólo la fe vivirá".

Una característica común tanto a la aparición del Anticristo como a la venida de Cristo es que ambas estarán precedidas por sendas tribulaciones. Precisamente parte de la confusión que imperará en la aparición del Anticristo es que su venida será milagrosa y "salvadora" del caos que imperará en ese momento en el mundo, remedando así la Segunda Venida de Cristo: catástrofes naturales, guerra mundial, revoluciones; confusión esotérica de la verdad; división en pueblos y cisma en la Iglesia; acontecimientos cósmicos, serán hechos que ocurrirán poco tiempo antes. Del mismo modo, la Parusía o Segunda Venida de Cristo estará precedida de una Gran Tribulación, que como dicen los evangelistas (Mt XXIV, Lc XXI, y Mc XIII), "cual no la ha habido desde el principio del universo que Dios creó hasta ahora, ni la habrá". Estas dos tribulaciones son narradas indistintamente por la Virgen en La Salette. En el párrafo anterior se hace referencia a las tribulaciones tanto en el orden natural como en el preternatural o esotérico. Igualmente, salta a la vista lo que ya el Apocalipsis señala sobre la caída de la Gran Babilonia, que en este caso se refiere a la Ciudad de las Siete Colinas, Roma, la que es sede del Trono de Pedro, pero que una parte de ella se prostituirá con los reyes de la tierra, y es a la que se refiere Juan cuando Jesucristo Resucitado le muestra a la gran ramera que bebe de un cáliz de oro la sangre de los mártires. Esta tribulación que menciona la Virgen es terrible, de ahí sus palabras "el universo entero estará preso de terror (...) el sol se oscurece; sólo la fe vivirá".

Pero una característica de la Gran Tribulación que precederá la Segunda Venida de Cristo, es la venida de los dos olivos, quienes según Juan en el Apocalipsis Capítulo XI, aparecerán vestidos de saco - es decir, de penitencia - y además de condenar los errores diabólicos del Anticristo, llamarán al arrepentimiento y penitencia, consolando así a las almas fieles a Dios. Aquí la Virgen de La Salette los identifica como Enoch y Elías, quienes son conocidos en la Escritura por haber sido arrebatados, sin pasar por la muerte, al mundo de Dios. Pues bien, de esta clase de seres, de alto nivel espiritual, nada que ver con lo que ahora se conoce, la Iglesia estará sostenida por un tiempo, tiempos y medio tiempo (Capítulo XI), es decir, 42 meses o 1260 días, que es una misma medida de tiempo y que será la que corresponda al tiempo de su predicación. Al final de su misión, es decir, a los 3 años y medio de su aparición, serán muertos a manos del Anticristo, quien será el único ser que les podrá hacer daño. Cualquier otro que quiera herirlos o matarlos sufrirá la misma suerte.

"Se cambiarán las estaciones. La tierra no producirá más que malos frutos. Los astros perderán sus movimientos regulares. La luna no reflejará más que una débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles terremotos que tragarán montañas, ciudades".

"La Iglesia será eclipsada, y el mundo quedará consternado. Pero he ahí a Enoch y a Elías, llenos del Espíritu de Dios; predicarán con la fuerza de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán consoladas; harán grandes prodigios por la virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos del Anticristo".

La crisis del mundo será reflejada por el estupor sombrío del cosmos completo, que reflejará una afectación en la misma naturaleza. Toda la purificación que mediante el agua y el fuego vendrá al mundo completo será necesaria para poder prepararla a la Segunda Venida de Cristo y Su Reino en la tierra. Jamás se ha visto en la tierra la renovación completa que Dios hará para crear cielos nuevos y tierra nueva.

De nueva cuenta la Virgen se refiere a los llamados dos testigos, Enoch y Elías, quienes están bien explicados en la Escritura, como hemos dicho, en el Apocalipsis Capítulo XI. Serán ellos los únicos que contrarrestarán la acción diabólica del Anticristo.

"He aquí el tiempo: el abismo se abre. He aquí el rey de los reyes de las tinieblas. He aquí la bestia con sus súbditos, llamándose el salvador del mundo. Se remontará con orgullo por los aires para subir hasta el Cielo; será sofocado por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá, y la tierra, que llevará tres días en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego. Será hundido para siempre, con todos los suyos, en los abismos eternos del infierno. Entonces el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras del orgullo de los hombres, y todo será renovado: Dios será servido y glorificado".

La Santísima Virgen confirma lo que ya el Evangelio nos da como certeza, que el inicuo, la Bestia (Capítulo XIII), el Anticristo, será derrotado por el soplo de la boca y el resplandor de la Parusía de Cristo. El Apocalipsis dice que San Miguel Arcángel encadenará al Dragón infernal por mil años para que ya no seduzca a las naciones (Capítulo XX). Pero lo más importante de todo es que después del terrible pero breve reinado del Anticristo, se renovará y se restituirá toda la Creación, particularmente el hombre, según el Plan Original de Dios. Las obras del orgullo humano serán destruidas y nunca más recordadas. Sólo Dios será servido y glorificado. Habrá un solo rebaño y un solo pastor. Así está escrito y así se cumplirá.


Luis Eduardo Padilla