domingo, 15 de agosto de 2010

LLAMADO URGENTE A LA HUMANIDAD!


¡NI LA CREMACIÓN, NI LA COMUNIÓN EN LA MANO, PROVIENEN DE MÍ!
Agosto 08 de 2010 2:45 p.m.

Hijos míos, que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe.

Ni la cremación de los cuerpos, ni la comunión en la mano provienen de Mí.

De nuevo os digo, polvo sois y en polvo os convertiréis. Tierra a tierra y espíritu a Dios (Eclesiastés 12.7).

Hijos míos, cuando yo hablo de tierra incluyo toda mi creación y en ella a vosotros; os lo repito: el cuerpo después de la muerte terrena debe volver a la tierra de donde salió y el espíritu debe volver a Dios que es de donde proviene.
La descomposición de vuestro cuerpo debe llevarse a cabo por el proceso de la
tierra, y no por el fuego. Que esto os quede claro: para que no sigáis pasando por el fuego a vuestros familiares; esta práctica es detestable a mis ojos. Las tribus paganas no sólo inmolaban a sus hijos como ofrenda al dios baal y moloc, sino que también cremaban a sus muertos y los ofrecían a estos mismos dioses; por eso dije a Moisés y a Josué: Mi pueblo no debe imitar las costumbres de estas tribus paganas cuando ocupen la tierra que les daré por herencia, porque todas estas prácticas incluyendo la adivinación, la magia, la consulta de espíritus, etc., son abominables a los ojos del Señor vuestro Dios. (Deuteronomio 18.9.10).

En estos últimos tiempos la masonería eclesiástica bajo la dirección de mi adversario, ha venido implantando entre mis hijos estas detestables prácticas de la cremación y la comunión en la mano; os digo que esto en ningún memento ha sido aprobado por mis vicarios; estas prácticas paganas provienen como os lo estoy diciendo de la masonería eclesiástica que quiere a través de llamado Masterplan, socavar los lineamientos de la fe y la doctrina de mi Iglesia; su objetivo es destruir mi Iglesia. Acordaos de lo que dicen mis palabras: Mi Iglesia está construida sobre la firma Roca que soy Yo, y las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella. Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

La Comunión en la Mano

Hijos míos: Mi Cuerpo, mi Sangre y mi Divinidad, sólo pueden ser dados por manos consagradas; os lo repito; sólo por manos consagradas de mis sacerdotes y ministros. Me duele y entristece ver como profanáis mi Divinidad, tomándome con la mano; vosotros mis hijos laicos no sois dignos de ejercer este ministerio de la Eucaristía; esto compete sólo a mis sacerdotes y demás ministros de mi Iglesia. Vosotros mis pequeños debéis de ocuparos en otros menesteres dentro de mi Iglesia, pero nunca dando la comunión. ¡No ultrajéis mi Divinidad, porque soy Yo, Vivo y Real el que se hace Vida en vosotros en la sencillez de cada Hostia Consagrada!. Vuestras manos no son dignas para tomarme. Todos vosotros hijos de Adán traéis cargas intergeneracionales por pecados de vuestros antepasados en la línea paterna y materna, que entran en vosotros en el momento de la concepción; maldiciones de antepasados que la mayoría de las veces os hacen obrar en contra de vuestra voluntad. Hay generaciones enteras con espíritus de resentimientos, impurezas sexuales, adulterios, lujurias, homosexualismos, envidias, ocultismos, brujerías, etc. Ya entenderéis por qué no sois dignos de dar mi Cuerpo y mi Sangre?; diréis entonces que mis sacerdotes también traen estas cargas; tenéis razón en esto, pero con la diferencia que son mis consagrados y sólo a ellos dí la potestad de ejercer el ministerio de la Eucaristía.

¡Noli Me Tangere!. ¡No me toques!. Recapacitad pues hijos míos y dejad que mis sacerdotes ejerzan este ministerio. No ultrajéis más mi Divinidad y no hagáis más llorar al cielo con vuestra actitud. Porque en verdad os digo: De la forma como me tratéis, así también seréis tratados vosotros cuando os presentéis ante Mí. No os hagáis Reos de Culpa, para que no tengáis de qué lamentaros mañana. Soy vuestro Padre, Jesús Sacramentado. El Amado que no es Amado.