domingo, 20 de junio de 2010

Refugio del Inmaculado Corazón


Es la promesa de una era por venir. Hablo de la corona sobre Mi Corazón, que predice la victoria de los Corazones y el triunfo de la Iglesia sobre el mal.

La cruz en mi mano, representa un Dogma que está por venir como Co-Redentora. Estoy señalando a Mi Corazón, llamando a la humanidad a este Refugio seguro. Este Refugio es el Amor Santo.

La Madre Bendita dice: Queridos niños, comprendan que muchas y particulares gracias vendrán a ustedes a través de esta imagen. Es mi deseo que ustedes puedan hacer conocer este título y esta imagen.

Hagan saber que cada hogar acepte esta imagen como protección y refugio. Aquellos que hacen eso no tendrán nada que temer en estas tribulaciones que están al alcance de la mano.

¡Queridos niños, continúo viniendo a ustedes para que las almas puedan ser reconciliadas con Dios. Pues hasta que todos los corazones sean reconciliados con Dios, no habrá paz entre las naciones y los pueblos.

“He venido a hablarles sobre la oración, y en particular, el rezo del Rosario. Refuercen sus oraciones, eso le permite a mi hijo Jesús verter las gracias más escogidas sobre ustedes y en sus vidas.

“Yo siempre estoy contigo cuando oras. Yo prometo mi especial protección y las más grandes gracias a todos aquellos que rezaren el Rosario.

El rosario es un arma poderosa contra el mal: destruirá el vicio, disminuirá el pecado y derrotará las herejías.

Através del rezo del Rosario, Se obtendrá para las almas la abundancia de la Misericordia de Dios: Todos aquellos que recen el Rosario son mis hijos, y hermanos de Mi único Hijo, Jesucristo.

“He venido como Protectora de la Fe y Refugio del Amor Santo para ayudarlos, para reunirlos los unos con los otros y con Dios. Yo les ayudaré a distinguir el bien del mal. Yo los ayudaré a luchar con el adversario. Jesús me ha enviado aquí para que esté con ustedes durante esta batalla final.

“Repite: Toda la Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo. María Refugio del Amor Santo, guíanos y protégenos. Amén.