Lleguémonos confiadamente al trono de la gracia:a fin de alcanzar misericordia, y hallar graciapara ser socorridos en tiempo oportuno.
(Hebreos, 4, 16).
En el tiempo en que los sarracenos oprimían a España y llevaban en esclavitud a gran número de cristianos, la Madre de Dios, compadecida de sus males y peligros, apareció durante la misma noche a San Pedro Nolasco, a San Raimundo de Peñafort, y a Jaime, rey de Aragón, conjurándolos a establecer una Orden religiosa para la redención de los cautivos. Ésta fue la Orden de la Merced, o de la Redención, fundada en Barcelona en 1223, y que prestó inmensos servicios a la Iglesia y a la sociedad. Para agradecer a la Santísima Virgen, la Iglesia estableció esta fiesta.
LA HISTORIA
Encontrándose gran parte de España bajo el yugo de los moros que asolaban las costas del Mediterráneo, haciendo miles de cautivos a quienes llevaban al norte de Africa, en esas circunstancias, el 2 de agosto de 1218, Pedro Nolasco tuvo una visión de la Santísima Virgen que lo exhortaba a fundar una Orden con el fin principal de redimir a aquellos cristianos cautivos.
El Padre Gaver, en el año 1400, relata el diálogo en que La Virgen llama a San Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una Orden.
Pedro Nolasco pregunta: ¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata a Dios y meritoria para mí?La Virgen María responde: Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy aquella a la que dijo Simeón, cuando ofrecí mi Hijo en el templo: “Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte el alma”.Pedro Nolasco: ¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?María: No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden en honor mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos.”
En la catedral de Barcelona, San Pedro Nolasco, apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort, funda la Orden religiosa de Nuestra Señora de la Merced, cuya obra, en aquellos siglos, fue realmente heroica. Se calcula que fueron alrededor de 300.000 los redimidos por los frailes mercedarios del cautiverio de los moros y unos 3.000 los religiosos que murieron mártires al entregar su vida en cumplimiento de su voto.
En conmemoración de tan insigne “merced” o misericordia de la Virgen María a los hombres, se estableció la fiesta de Nuestra Señora de la Merced el día 24 de septiembre. La comunidad religiosa lleva muchos siglos ayudando a los prisioneros. Desde el año 1259 los Padres Mercedarios empezaron