La acción del diablo se infiltrará hasta la Iglesia, de tal forma que se verán cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos contra obispos.
Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por otros sacerdotes. Las iglesias y los altares serán saqueados. La Iglesia se llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos sacerdotes y almas consagradas a abandonar el servicio del Señor. El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las almas consagradas a Dios.
Tercer mensaje de Akita Japón, 13 de octubre de 1973 (aprobado por la Iglesia)
Los Sacerdotes, Ministros de mi Hijo, los Sacerdotes..., por su mala vida, por sus irreverencias e impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. ¡Sí!, los Sacerdotes piden venganza y la venganza pende de sus cabezas....
¡Ay de los sacerdotes y personas consagradas a Dios que por sus infidelidades y mala vida crucifican de nuevo a Mi Hijo! ...
La sangre correrá por todas partes. Las Iglesias serán cerradas o profanadas. Los Sacerdotes y religiosos serán perseguidos. ... Muchos abandonarán la Fé, y el número de sacerdotes que se separarán de la verdadera religión será grande; entre estas personas se encontrarán incluso Obispos...
El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque por un tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones. Esta será la hora de las tinieblas. La Iglesia tendrá una crisis espantosa. Dado el olvido de la santa Fe en Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. ...
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio. Los malvados atentarán muchas veces contra su vida, sin poder poner fin a sus días; pero ni él ni su sucesor verán el triunfo de la Iglesia de Dios...
Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso para dar lugar al materialismo, al ateísmo, ...
Roma perderá la Fé y se convertirá en la sede del anticristo...
Mensaje de La Sallete, Francia 1846, (aprobado por la Iglesia)
Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebozando.
Los Sacerdotes, Obispos y Cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas mas almas.
Segundo mensaje de Garabandal, España Junio de 1965
"¡No se turbe, hijos, vuestro corazón; daos a mí en todo momento!. Ha llegado para mi Iglesia la hora de la desolación y el abandono. Será abandonada sobre todo por muchos de sus Ministros y por muchos también de sus hijos. Será menospreciada, traicionada, entregada en manos de quien es su enemigo y la quiere destruir. Serán algunos de sus mismos Ministros los que la entreguen en manos de sus verdugos.
La Santísima Virgen al Padre Gobbi, Noviembre de 1975
BENEDICTO XVI TEME UN CISMA DE QUIENES "LLAMAN A LA DESOBEDIENCIA"
El Papa está abrumado por las peleas en las cumbres del Vaticano entre cardenales y altos prelados.
CIUDAD DEL VATICANO.-
Abrumado por las peleas en las cumbres del Vaticano entre cardenales y altos prelados, siempre conservadores, que mellan su prestigio con documentos filtrados a la prensa y que intensifican las “murmurationes” de que podría renunciar en un futuro no lejano, el Papa Benedicto XVI, de casi 85 años, agrega otro motivo de profunda preocupación pocos días antes del Consistorio en el que promoverá 22 nuevos cardenales.
Se está expandiendo el movimiento del “Llamado a la desobediencia” , nacido en Austria y ahora con ramificaciones importantes en Irlanda, Alemania, Francia y Eslovaquia. No faltan los simpatizantes en América Latina, EE.UU. y Australia, publica hoy clarin.com.ar.
El Papa teme al primer cisma progresista, apoyado por cientos de curas y una patrulla de obispos. “No tememos excomuniones ni queremos un cisma, sino que la Iglesia nos escuche y dialogue”, explica el ya popular “Lutero austríaco”, padre Helmut Schueller, con 59 años, líder de la “Iniciativa de los párrocos”, que cuenta con el apoyo de 400 sacerdotes en Austria.
Los sondeos demuestran que la mayoría de los 4.000 curas austríacos, un país de hondas tradiciones católicas tradicionalistas, que vive un proceso de vertiginoso triunfo del laicismo y de distanciamiento de los fieles de una Iglesia que consideran anclada en el pasado, simpatizan con el movimiento que nació en junio pasado con el “Llamado a la desobediencia”, que firmaron 329 curas.
Se dice que un millar de sacerdotes viven en pareja y hasta secretamente casados.
Monseñor Schueller fue exiliado a párroco de San Esteban, en Probstdor, un suburbio de Viena, donde fue presidente de la Caritas austríaca y estrecho colaborador del cardenal Christian Schoenborn, un progresista en favor del celibato voluntario y que ha sido uno de los pupilos favoritos del Papa Joseph Ratzinger. El cardenal Schoenborn está naturalmente en contra de la “Iniciativa de los párrocos”, pero hasta ahora resistió las presiones desde dentro de la Iglesia local y de las congregaciones vaticanas para que comience a dar el escarmiento que merecen los rebeldes porque “las sanciones serían contraproducentes”.
Los “desobedientes”, equivalente en versión sotana de los “indignados”, reclaman terminar con el celibato obligatorio, permitir la comunión de los divorciados vueltos a casar, imponer el sacerdocio femenino, darle a los fieles laicos un rol más importante en la eucaristía, permitiéndoles predicar y administrar los sacramentos sin una misa cuando no hay sacerdotes, además de ordenar a los “Viri probati”, fieles casados y con hijos de probada fe que puedan convertirse en sacerdotes sin renunciar a su familia. Y respetar a los homosexuales, bendiciendo las uniones.
Herejía pura, se escandalizan en el Vaticano.
El 23 del mes pasado, los principales obispos austríacos fueron convocados a Roma para hablar del tema con las autoridades de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia.
El pontífice es muy sensible a una protesta que nace de su propio mundo germánico y que se extiende a otros países y zonas del mundo. Dicen que en la Irlanda conmovida por los escándalos de pedofilia de parte del clero y el choque abierto entre el Papa y el gobierno de Dublin, son 600 los sacerdotes que adhieren al “Llamado a la desobediencia”.
El cardenal Schoenborn volvió a evocar el peligro de un cisma.
El Lutero austríaco retruca que “nosotros queremos quedarnos dentro de la Iglesia y la Conferencia Episcopal debe abrir un diálogo teológico estructurado” con el movimiento rebelde, lo que equivaldría a una legitimación institucional. Por el contrario, los conservadores, numerosos en Austria y hegemónicos en el Vaticano, reclaman “medidas canónicas sancionatorias”.
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