domingo, 31 de julio de 2011
María Auxiliadora
Fue San Juan Bosco quien más propagó su devoción entre los salesianos, y a través de éstos, en todo el mundo. San Juan Bosco decía a sus alumnos:
“Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”
y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración:
“María Auxiliadora, rogad por nosotros”.
El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.
Su nombre es representado como puerta del cielo, y todos los que quieran entrar en él deben encomendarse a María.
Madre mía de mi vida, auxilio de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus benditas manos.
Tú que sabes mis secretos, pues todos te los confío, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío.
Y aunque tu amor no merezco, nadie recurre a Ti en vano, pues eres Madre de Dios y Auxilio de los cristianos.
Oh María Auxiliadora, hoy quiero consagrarme enteramente a Ti, ofreciéndote cuanto tengo y cuanto soy, hazme crecer bueno, puro y fuerte; aumenta mi fe, esperanza y caridad, y sé para mí en todo momento Madre buena y camino seguro hacia el cielo. Amén.
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