EL CIELO NOS AVISA, ESTÁN MUY PRÓXIMOS TRES DÍAS DE TINIEBLAS.
¡No apaguéis al Espíritu. No despreciéis las profecías. Examinadlo todo y quedaos con lo bueno!"
S. Pablo, I Tes. 5,19.
VISIÓN DE LA VIDENTE LUZ DE MARÍA SOBRE LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD
"La oscuridad llegará por tres días, superando al astro sol. Estos días parecerán interminables".
Jesús a Luz de María el 04.07.2010
Hijos Míos: tres días permanecí en el sepulcro para luego Resucitar. Así ustedes serán privados de la luz por tres días. Pasados estos días RESPLANDECERÁN COMO RESPLANDECE LA LUZ, QUE NO SE OCULTA. Jesús a Luz de María el 02.07.2010
En los últimos mensajes, el Cielo me ha dado a sentir la premura en que vivimos.
Es una sensación de agradecimiento por la Palabra Divina y a la vez de angustia por cuanto se cierne sobre la humanidad.
A continuación relato la visión:
Mi Esposo Divino me presentó una balanza. La balanza tenía, en un lado la voluntad del hombre que pesaba más, y del otro la Voluntad Trinitaria, que en este momento está despreciada.
Al venir los acontecimientos, miré cómo el lado de la balanza donde estaba la Voluntad Trinitaria pesaba más, - en ese momento la balanza se inclinó hacia la Voluntad de Dios - y el hombre sufría y sufría sin parar.
Mi Esposo Divino me dijo: Amada Mía; mira, ya la balanza está inclinada hacia Mi Voluntad. Ahora con el sufrimiento, la naturaleza duplicará su sentir contra el hombre.
Sé que vendrá muy pronto un gran sismo.
Sé que habrá un atentado que causará asombro a toda la humanidad.
Sé que todo esta tan, tan cerca del hombre, que cada día es realmente una bendición.
¡LO QUE TENEMOS QUE HACER ES INTERCEDER POR TODA LA HUMANIDAD!
Con respecto a los días de la oscuridad comparto lo siguiente:
Estos días son la consecuencia del humo del pecado que sube a tal grado, que Dios enviará a los Ángeles a tocar sus trompetas antes de los días de oscuridad.
Estos días serán de origen Divino y consecuencia del libre albedrío del hombre.
La Santísima Trinidad va a permitir que el pecado caiga sobre la tierra en forma de fuego. Cuando esto suceda, Dios hará que la naturaleza se endurezca y reaccione contra el hombre. Todo esto sucederá en un solo evento.
Dios nos prometió que esta purificación será de fuego, pero este fuego tendrá la potestad de traspasar la carne y llegar hasta las entrañas del ser. No es un fuego como el que conocemos. Este fuego entrará por la boca y será un quemarse por dentro. Será una prueba de fe para los fieles.
Será una oscuridad tan densa que no se mirará nada. Esta obscuridad entrará en el alma. Sé que hay una promesa de que solo las velas benditas darán luz; pero hay una luz que es inextinguible, la luz del alma buena y fiel. Porque hay muchas personas que tienen velas benditas pero viven en un desastre. A estas creaturas no les encenderán las velas: su alma no les dará luz.
El pecado tomará forma. Por ejemplo: la lujuria vendrá como demonio. Los demonios de la concupiscencia de la carne, del aborto, de las drogas, de la blasfemia, se abalanzarán hacia la Tierra y se llevarán las almas en pecado.
Miré los demonios gritando blasfemias y tomando los cuerpos de los que están en pecado para tocar las puertas de las casas, fingiendo las voces de los familiares. De esta forma podrán entrar y tomar a los que están dentro y sacarlos para llevarlos al infierno, el que se abrirá haciendo temblar la tierra y estremeciendo las aguas, hasta que éstas inunden la mayoría de la tierra, tanto que el que quede con vida se sentirá que está solo.
La tierra quedará cubierta de cadáveres y vendrá una plaga de lobos que se comerán los cadáveres para que no contaminen. Los buenos estarán protegidos.
Debemos tener un altar pequeño en la casa con los libros de oraciones y velas benditas.
El Señor me permitió ver la oscuridad, escuché lamentos terribles. Miré hacia el Norte y vi una gran nube oscura que avanzaba hacia el Sur, pero era algo espantoso. Con la oscuridad venían demonios y fuego, que avanzaban y tomaban a todos los que se encontraban a su paso. Miré a los Ángeles de Dios delante de la oscuridad, tomando a las personas buenas y llevándolas a sus hogares en cuestión de momentos y a los inocentes se los llevaban para otro lugar.
Conforme avanzaba la oscuridad, densa, muy densa; con un olor nauseabundo que salían de los cuerpos de las creaturas a los que los demonios les sacaban las vísceras y las dispersaban por la tierra. Los demonios gritaban de manera terrible, palabras que no entendí. Querían entrar a las casas de los fieles, donde había personas orando y con velas benditas, pero no les era posible. Los demonios huían, desesperados.
De un momento a otro miré toda la Tierra oscura, toda la Tierra estaba convulsa.
El terremoto no bajaba su intensidad y las aguas barrían la tierra. Miré una vela bendita durar por tres días y más. Del mismo modo pude ver, cómo los hogares de los buenos no caían, sino se mantenían en pie, así cómo los lugares consagrados a la Santísima Virgen María y al Sagrado Corazón de Jesús.
Así concluye la visión.
Todo es para la Gloria de la Santísima Trinidad y la Salvación de las almas.
¡AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA!
Amen.
¡No apaguéis al Espíritu. No despreciéis las profecías. Examinadlo todo y quedaos con lo bueno!"
S. Pablo, I Tes. 5,19.
VISIÓN DE LA VIDENTE LUZ DE MARÍA SOBRE LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD
"La oscuridad llegará por tres días, superando al astro sol. Estos días parecerán interminables".
Jesús a Luz de María el 04.07.2010
Hijos Míos: tres días permanecí en el sepulcro para luego Resucitar. Así ustedes serán privados de la luz por tres días. Pasados estos días RESPLANDECERÁN COMO RESPLANDECE LA LUZ, QUE NO SE OCULTA. Jesús a Luz de María el 02.07.2010
En los últimos mensajes, el Cielo me ha dado a sentir la premura en que vivimos.
Es una sensación de agradecimiento por la Palabra Divina y a la vez de angustia por cuanto se cierne sobre la humanidad.
A continuación relato la visión:
Mi Esposo Divino me presentó una balanza. La balanza tenía, en un lado la voluntad del hombre que pesaba más, y del otro la Voluntad Trinitaria, que en este momento está despreciada.
Al venir los acontecimientos, miré cómo el lado de la balanza donde estaba la Voluntad Trinitaria pesaba más, - en ese momento la balanza se inclinó hacia la Voluntad de Dios - y el hombre sufría y sufría sin parar.
Mi Esposo Divino me dijo: Amada Mía; mira, ya la balanza está inclinada hacia Mi Voluntad. Ahora con el sufrimiento, la naturaleza duplicará su sentir contra el hombre.
Sé que vendrá muy pronto un gran sismo.
Sé que habrá un atentado que causará asombro a toda la humanidad.
Sé que todo esta tan, tan cerca del hombre, que cada día es realmente una bendición.
¡LO QUE TENEMOS QUE HACER ES INTERCEDER POR TODA LA HUMANIDAD!
Con respecto a los días de la oscuridad comparto lo siguiente:
Estos días son la consecuencia del humo del pecado que sube a tal grado, que Dios enviará a los Ángeles a tocar sus trompetas antes de los días de oscuridad.
Estos días serán de origen Divino y consecuencia del libre albedrío del hombre.
La Santísima Trinidad va a permitir que el pecado caiga sobre la tierra en forma de fuego. Cuando esto suceda, Dios hará que la naturaleza se endurezca y reaccione contra el hombre. Todo esto sucederá en un solo evento.
Dios nos prometió que esta purificación será de fuego, pero este fuego tendrá la potestad de traspasar la carne y llegar hasta las entrañas del ser. No es un fuego como el que conocemos. Este fuego entrará por la boca y será un quemarse por dentro. Será una prueba de fe para los fieles.
Será una oscuridad tan densa que no se mirará nada. Esta obscuridad entrará en el alma. Sé que hay una promesa de que solo las velas benditas darán luz; pero hay una luz que es inextinguible, la luz del alma buena y fiel. Porque hay muchas personas que tienen velas benditas pero viven en un desastre. A estas creaturas no les encenderán las velas: su alma no les dará luz.
El pecado tomará forma. Por ejemplo: la lujuria vendrá como demonio. Los demonios de la concupiscencia de la carne, del aborto, de las drogas, de la blasfemia, se abalanzarán hacia la Tierra y se llevarán las almas en pecado.
Miré los demonios gritando blasfemias y tomando los cuerpos de los que están en pecado para tocar las puertas de las casas, fingiendo las voces de los familiares. De esta forma podrán entrar y tomar a los que están dentro y sacarlos para llevarlos al infierno, el que se abrirá haciendo temblar la tierra y estremeciendo las aguas, hasta que éstas inunden la mayoría de la tierra, tanto que el que quede con vida se sentirá que está solo.
La tierra quedará cubierta de cadáveres y vendrá una plaga de lobos que se comerán los cadáveres para que no contaminen. Los buenos estarán protegidos.
Debemos tener un altar pequeño en la casa con los libros de oraciones y velas benditas.
El Señor me permitió ver la oscuridad, escuché lamentos terribles. Miré hacia el Norte y vi una gran nube oscura que avanzaba hacia el Sur, pero era algo espantoso. Con la oscuridad venían demonios y fuego, que avanzaban y tomaban a todos los que se encontraban a su paso. Miré a los Ángeles de Dios delante de la oscuridad, tomando a las personas buenas y llevándolas a sus hogares en cuestión de momentos y a los inocentes se los llevaban para otro lugar.
Conforme avanzaba la oscuridad, densa, muy densa; con un olor nauseabundo que salían de los cuerpos de las creaturas a los que los demonios les sacaban las vísceras y las dispersaban por la tierra. Los demonios gritaban de manera terrible, palabras que no entendí. Querían entrar a las casas de los fieles, donde había personas orando y con velas benditas, pero no les era posible. Los demonios huían, desesperados.
De un momento a otro miré toda la Tierra oscura, toda la Tierra estaba convulsa.
El terremoto no bajaba su intensidad y las aguas barrían la tierra. Miré una vela bendita durar por tres días y más. Del mismo modo pude ver, cómo los hogares de los buenos no caían, sino se mantenían en pie, así cómo los lugares consagrados a la Santísima Virgen María y al Sagrado Corazón de Jesús.
Así concluye la visión.
Todo es para la Gloria de la Santísima Trinidad y la Salvación de las almas.
¡AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA!
Amen.